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Autoeficacia cómo se desarrolla y factores clave

Autoeficacia cómo se desarrolla y factores clave

Paola Silva Maldonado, Rebeca María Elena Guzmán Saldaña.
Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, México.


La Autoeficacia es un concepto desarrollado por el prestigioso psicólogo Albert Bandura (1995), que se refiere al “sentimiento de adecuación, eficiencia y competencia” que tienen las personas en su afrontamiento de los retos y amenazas que, inevitablemente, se presentan en la vida de cualquier persona.

Quien se percibe como “autoeficaz” no siente que los acontecimientos dominarán inexorablemente su existencia, sino que tiene control sobre los acontecimientos; sabe que siempre habrá la posibilidad de cambiar, para bien, aquello que produce malestar o insatisfacción.

Autoeficacia y locus de control

Las personas autoeficaces no esperan a que transcurran los acontecimientos, sino que se anticipan a las consecuencias, con la firme creencia de que podrán cambiar aquello que lacere su salud y bienestar.

Son también personas optimistas, que centran su cosmovisión en el lado positivo de la existencia y no se dejan aplastar por las circunstancias adversas, aunque no por ello dejan de percatarse de lo nocivo de estas.

A diferencia de las anteriores, las personas con pobre expectativa de eficacia personal (Baja Autoeficacia) se perciben a sí mismas como desvalidas e incapaces de ejecutar algún tipo de control sobre los eventos que amenazan la calidad de su existencia. En consecuencia, su postura ante estos es pasiva y de desesperanza, al pensar que cualquier esfuerzo para cambiar la situación existente será inútil.

Por lo anterior, en su discurso de corte fundamentalmente pesimista, es frecuente escuchar la expresión “¿para qué,…?, ¡si de todas maneras,…!”, en la que se aprecia una postura de rendición, incluso antes de empezar cualquier batalla. Es como si siempre estuvieran esperando el fracaso, tanto, que su propio desempeño fatalista las lleva a fracasar. Se pone de manifiesto eso que la literatura llama “auto cumplimiento de profecía” (Liss, Waller, Kennard, McIntire, Capra y Stephens, 1998).

No obstante, en términos positivos, y en tanto presupone una postura ante la vida, se puede aprender la Autoeficacia en cualquier momento de la existencia, aunque sus raíces más sólidas se conformen gradualmente, en estadios iniciales del ciclo vital tan decisivos para el ser humano como la infancia y la adolescencia.

Factores clave de la Autoeficacia

Muchos factores se combinan en la infancia y adolescencia para delinear progresivamente la Autoeficacia del individuo, entre ellos se destacan primero los logros de la actividad, el aprendizaje observacional y las persuasiones verbales:

Los logros de la actividad

Dado que en la medida que se va obteniendo éxito en las diferentes actividades que se realizan, se acrecienta la confianza (Autoeficacia) en sí mismo y la sensación de competencia personal que caracterizan a una persona autoeficaz y viceversa: en la medida que la persona experimenta el fracaso y la decepción, estos le conducen a configurar expectativas de pobre auto eficacia personal.

El aprendizaje observacional

Todos los individuos están expuestos a múltiples modelos que tienden a imitarse en función de lo atractivos que resulten para él. Observar comportamientos deseables incentiva el deseo de ser como ellos y, en consecuencia, “modelan” la conducta de los individuos en pro de la Autoeficacia.

Las persuasiones verbales

Resultan también sustanciales, puesto que el hombre es un ser esencialmente social y necesita de la comunicación con los demás, fundamentalmente por medio del lenguaje, es decir, las expresiones verbales (y en gran medida las no verbales) a las que está expuesto desde el inicio de la vida y que resultan un elemento que puede tanto fortalecer como debilitar la expectativa de eficacia personal. Elogiar o decirle a una persona (dentro de límites realistas) que posee o puede alcanzar determinadas habilidades, incrementa su sensación de adecuación, seguridad y confianza (por ende la Autoeficacia), conduciéndole al éxito, incluso a personas que no posean la óptima calificación en determinadas actividades. Y viceversa, si a una persona calificada se le transmiten constantes mensajes que cuestionan o devalúan su valía personal, entonces sus expectativas de eficacia y su creencia en sus propias competencias pueden disminuir sensiblemente y lacerar los productos de su actividad.

Importancia de la Autoeficacia

Pero, ¿por qué es tan importante la expectativa de eficacia personal o la Autoeficacia percibida para la vida de un individuo? El ser humano está constantemente enfrentado a situaciones que implican oportunidades, peligros, desafíos, amenazas a los que tiene que dar respuesta si quiere vivir una vida productiva, o al menos adaptarse a lo que acontece. Según Bandura (1995), hay  que distinguir entre Autoeficacia percibida y las creencias sobre la ubicación de los determinantes de los resultados.  La convicción de que los resultados están determinados por la propia conducta puede resultar desmoralizadora o, por el contrario, alentadora, según sea la auto eficacia percibida. En este sentido, según Bandura, la Autoeficacia determinará en qué “tipo” de actividades se implica una persona, cuánto “tiempo” permanece inmerso en su consecución y cuánta “intensidad” pone en lo que trata de lograr.

Referencias

Bandura, A. (1995). Self-Efficacy: The Exercise of Control. New York: Freeman.

Liss, D. S; Waller, D. A.;  Kennard, B. D.; McIntire,  D.; Capra, P.  y Stephens, J.(1998).  Psychiatric illness and family support in children and adolescents with diabetic ketoacidosis: a controlled study. J. Am. Acad. Child. Adolesc. Psychiatr., 37, 536-544.

Citar:

Maldonado. P.,  Guzmán R.  (3 noviembre, 2019). Autoeficacia cómo se desarrolla y factores clave. Instituto Salamanca. https://instsal.me/fkhv4


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