Psicocardiología. Prevención y rehabilitación coronaria

La Psicocardiología es el área de la Psicología de la Salud que detecta e interviene sobre los diversos factores psicosociales de riesgo coronario que desarrollan la enfermedad y obstaculizan su rehabilitación. Reúne varias disciplinas, en particular cardiología y psicología, trabajando conjuntamente tanto en la prevención primaria como en la rehabilitación de la coronariopatía.

Hoy, la Psicocardiología es un enfoque interdisciplinario de la enfermedad coronaria. Ha surgido del contacto cotidiano con el paciente coronario. De ver como el paciente está pobremente informado de las características de la enfermedad. De sus causas, de cómo prevenirla; de cómo encarar su tratamiento y de lo imprescindible de su rehabilitación.

La evolución de la Medicina, su desarrollo tecnológico, el abordaje farmacológico y quirúrgico, nos han demostrado avances cada vez más maravillosos. Sin embargo, las proyecciones de la Organización Mundial de la Salud auguran un liderazgo en la enfermedad coronaria como causa de muerte.

Junto con las evidencias de factores biomédicos de riesgo que han sido relacionados con la cardiopatía coronaria (como la hipertensión, el colesterol, o la diabetes mellitus), también, se ha investigado la posibilidad de que factores psicológicos y ambientales puedan incidir en esta enfermedad. En las últimas décadas, la importancia de los factores psicológicos y sociales en el desarrollo de la coronariopatía y en la prevalencia de vida de la persona coronaria ha ido ganando terreno. Por lo menos desde algunas perspectivas teóricas de la enfermedad.

Psicocardiología y el Modelo Biopsicosocial

La aplicación del modelo biopsicosocial permite una mayor comprensión del desorden patológico coronario, facilitando una rehabilitación integral de la persona afectada. Pero, al mismo tiempo, alienta a un desarrollo más amplio de la prevención primaria de esta enfermedad.

Si bien la relación entre los factores emocionales y conductuales y las enfermedades han sido contemplados desde un primer momento en la medicina. Tanto occidental como oriental, las investigaciones sobre los factores psicológicos concurrentes en la enfermedad coronaria deben centrarse en los últimos cuarenta años. Esto se debe no solo a un cambio de mirada en la relación entre medicina y salud, sino al desarrollo de la metodología de investigación.

El estudio pionero sobre Psicocardiología acerca de la incidencia de factores psicológicos de riesgo en la enfermedad coronaria fue la realizada en 1959 por los cardiólogos Friedman y Rosenman. Investigaciones que dieron como resultado la formulación de un patrón de comportamiento asociado con los trastornos cardiovasculares: el Patrón de Conducta Tipo A.

El Patrón de Conducta Tipo A define a aquellas personas que presentan una respuesta autonómica al estrés. Presentan activación del Sistema Simpático Adrenal; y que son las más propensas a padecer enfermedades cardiovasculares. En términos generales, los rasgos psicológicos que lo caracterizan son: hostilidad, impaciencia, competitividad, alta necesidad de control e indefensión.

Desde las primeras investigaciones, la hostilidad ha sido considerada un componente tóxico esencial de la personalidad coronaria. Diferentes investigadores han sostenido la tesis de que las personas hostiles están más propensas a desarrollar enfermedad coronaria. También se ha establecido que las situaciones de ira precipitan episodios cardíacos.

Personalidad y Psicocardiología

A finales de la década del 90, Denollet y Brutsaert han propuesto un nuevo tipo de personalidad asociada a patologías coronarias: la personalidad tipo D. Esta se define, básicamente, por la interacción de afectividad negativa e inhibición social. La conducta observada bajo este patrón es la tendencia a suprimir, reprimir y contener el distrés emocional. El estrés negativo (distrés) ha sido objeto de estudios que lo vinculan con la patología coronaria. En la medida en que influye en las funciones somáticas, volviendo al organismo más vulnerable a la enfermedad, el distrés actuaría como desencadenante, de modo activo y agudo, de eventos cardíacos.

Con respecto a los causantes sociales de la enfermedad. En principio, habría que considerar que cualquier evento en que las demandas del ambiente agotan o exceden los recursos adaptativos de una persona. Se desarrolla un proceso de estrés negativo. Los estresores cotidianos son las pequeñas amenazas rutinarias que exigen poco esfuerzo para su superación. También constituyen factores de riesgo en virtud de la asociación entre varios de estos agentes, y su acumulación. Este es el caso de la interacción laboral.

En los últimos tiempos, las catástrofes naturales y artificiales han llevado a considerar muy detalladamente acontecimientos de especial relevancia y que se perciben como incontrolables para todos. Por ejemplo, la guerra, las crisis económicas y sociales, los atentados terroristas de gran magnitud y las devastaciones de los tsunamis, terremotos y huracanes. Todos son tenidos en cuenta por la Psicocardiología

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Estrés y salud cardiovascular

El estrés social, el estrés laboral, la interacción con los otros, y, en general, los cambios sociales, impactan en la salud. Dentro de los factores sociales que los investigadores han considerado de mayor influencia se destacan los niveles socioeconómicos y la situación laboral.

Algunos estudios de población han corroborado la influencia de factores socioeconómicos en la salud. La relación que se puede establecer sería la siguiente: a menores niveles en el estatus económico, mayor riesgo de enfermedad. Esta hipótesis incluye una pobre nutrición (generalmente excesiva en sus niveles lipídicos), un mínimo de cuidados médicos y una mayor carga infecciosa.

El estrés laboral es resultado de diferentes elementos. El avance tecnológico trajo como consecuencia que el trabajo artesanal, creativo (fuente de estrés positivo) haya sido reemplazado por un trabajo mecanizado, automatizado, de ritmo muy veloz. Aunque posiblemente, provoca una menor fatiga física, ocasiona estrés negativo en virtud de una mayor estimulación psicológica e intelectual.

Lo mismo ocurre con la situación social, como trasfondo, y, explícitamente, la demanda de las organizaciones de trabajo, exigen a las personas un equilibrio aparente que permita soportar todo tipo de presiones sin posibilidad de protesta. Esta situación potencia el estrés negativo. Conduce a la adquisición y adherencia a hábitos nocivos (tabaquismo, alcohol, desórdenes alimentarios, etc.) de riesgo coronario que son percibidos como una «salida» o alivio momentáneo de estas situaciones.

Psicocardiología y factores emocionales

Los factores emocionales negativos como la ansiedad y la depresión. Causados tanto por circunstancias personales como sociales, son objeto de investigación como de observación clínica y frecuentemente señalados como factores de desarrollo de la enfermedad coronaria, determinantes en la adherencia y resultados de los tratamientos médicos, farmacológicos y quirúrgicos y obstáculos a considerar en la rehabilitación.

Actualmente, está en proceso de estudio la relación beneficiosa entre el buen uso de las emociones positivas (característica básica de la personalidad resiliente) y la salud cardiovascular.

Ante el alarmante crecimiento de la morbilidad y la mortalidad de esta enfermedad (a pesar de los avances médicos en diagnóstico y tratamiento, tecnológicas y genéticas) se vuelve necesario insistir en la consideración de la enfermedad coronaria como una enfermedad de un estilo de vida.

El estilo de vida que debe ser modificado, suprimiendo hábitos nocivos y reemplazándolos por hábitos cardio saludables. Este cambio de vida, generalmente muy resistido, es fundamental en la prevención de la enfermedad y necesario en la rehabilitación. Es aquí donde la terapia Psicocardiología encuentra su anclaje y su importancia.

Denollet, J. Y Brutsaert, D.L. (1997) «Personality, Disease Severity, and the Risk of long-term Cardiac Events in Patients With a Decreased Ejection Fraction After Myocardial Infarction», en Circulation.

Friedman, M. y Rosenman, R.H. (1959) «Association of specific overt behavior pattern wicht increases in blood cholesterol, blood clotting time, incidence of arcus senilis and clinical coronary heart disease», en JAMA.

Mirta Laham

Instituto en Psicología de la Salud, Argentina

Citar este artículo:

Laham, M. (19 de septiembre de 2022). Psicocardiología. Prevención y rehabilitación coronaria. Instituto Salamanca. https://institutosalamanca.com/blog/psicocardiologia-prevencion-y-rehabilitacion-coronaria

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