Concepto de Salud Mental: Desarrollo e importancia

El concepto de Salud Mental, desde una perspectiva histórica, nos remite al dualismo clásico de Descartes. Una diferenciación fundamental entre mente (lo mental) y cuerpo (lo corporal) como dos ámbitos ontológicos diferentes. En consecuencia, irán apareciendo conceptualizaciones que intentarán establecer algún tipo de relación entre los dos conceptos, o aceptarlos como distintos aspectos del mismo fenómeno.

La salud mental es un componente esencial del bienestar general de las personas. Se refiere a la capacidad de manejar las emociones, afrontar el estrés y mantener relaciones saludables. Este tema se ha vuelto cada vez más relevante en la sociedad actual. Entender el concepto de salud mental es crucial para promover el bienestar emocional y mental en todos los individuos.

No es posible hablar de Salud absoluta; no existe psicológica, biológica o socialmente tal expresión, entraría en contradicción con la capacidad inherente a todo sistema de desequilibrarse y cambiar. Por lo tanto, debemos hablar del proceso salud-enfermedad que nos llevará a la idea de acción ante el conflicto, de transformación ante la realidad.

Un ser humano que nunca experimenta ningún problema emocional sería todo, menos humano. La manera de protegerse contra la tensión interior es lo que sirve para probar si se trata de una personalidad normal o de una paciente.

Todos tenemos conflictos emocionales dentro de nosotros; sobrellevamos un buen número desde los días de nuestra infancia, y otros derivan de experiencias posteriores.

Los conflictos pueden ser graves, pero en el caso de una persona sana por esta causa no se convertirá en un caso psiquiátrico. Sus mecanismos defensivos tienen la capacidad de protegerlo de las tensiones interiores.

Salud Mental según la OMS

La Organización Mundial de la Salud (OMS) presenta la salud mental como un estado de bienestar en el que el individuo es consciente de sus capacidades. Esto implica la habilidad de afrontar las tensiones normales de la vida, trabajar de manera productiva y contribuir a su comunidad. La OMS destaca que la salud mental no solo implica la ausencia de trastornos mentales, sino también una condición positiva que permite a las personas desarrollarse plenamente.

Salud Mental y Salud Pública

La Salud Mental, subsistema del sistema global denominado Salud Pública, se nos presenta, como una disciplina de intersección de las distintas ciencias del hombre. Esta disciplina se ha construido como un espacio de reflexión gracias a la contribución de distintas esferas de la actividad científica de algunas disciplinas, por ejemplo: Psicología, Sociología, Antropología, Psicoanálisis, Neurología, Ecología.

La Salud Pública pasará a ser responsabilidad de los gobiernos a partir de la organización de los Estados modernos.

En un principio, todo lo que perturbe el orden social será controlado de alguna manera. En consecuencia, no interesará tanto el “individuo psicológicamente distinto”, pues a aquellos cuya conducta era desorganizada y ofensiva al orden social se les consideraba víctimas del castigo divino o poseídos por el demonio.

El uso del término Salud Mental deriva de una línea de pensamiento que comienza con el estudio del “hombre poseído”, “endemoniado” o “embrujado” en busca de su paraíso perdido: la Salud. En consecuencia, se va a estudiar la enfermedad, cómo se produce y se va a llamar Salud Mental a todo un accionar con relación a la modificación de lo asociado con lo patológico.

Datos históricos nos revelan que las personas con trastornos psicológicos fueron torturadas, flageladas, asesinadas.

Concepto de Salud Mental: Desarrollo

El concepto mismo de Salud Mental es un concepto discutible, es un concepto que está muy marcado por el relativismo cultural. Lo que cada uno de nosotros entiende hoy por Salud Mental no es lo mismo que lo que piensan en otras culturas, ni es lo mismo que entendíamos años atrás.

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No hay una manera unívoca de expresar la condición de la salud mental, sino que el concepto en sí mismo está condicionado culturalmente tanto a lo largo del tiempo histórico como en cada situación cultural concreta.

Modelos

En el campo de la Salud Mental empiezan a surgir una serie de clasificaciones, de cuadros nosográficos, que intentan describir en una especie de mirada panorámica del concepto de Salud Mental.

Por supuesto que no hubo consenso en hacer una única clasificación, sino que la mayoría de los autores importantes, construyó la suya, siendo tal vez la más relevante la de Kraepelin.

A fines del siglo XIX, lo que predomina es fundamentalmente la mirada que ordena el mundo a partir de ciertas ideas médicas que, específicamente en el tema de la salud mental, giraban en torno al hecho de que la patología mental era siempre la consecuencia de una lesión cerebral.

El modelo a partir del cual se organiza esta mirada es el modelo que algunos autores llaman órgano-mecanicista. Este modelo parte del hecho que siempre había una base lesional y que la enfermedad mental. La enfermedad prototípica era la parálisis general progresiva que efectivamente es la resultante de lesiones concretas.

Postura mecanicista

El proceso órgano-mecanicista coincidió también con las primeras descripciones anatómicas. Los primeros mapas del cerebro, porque por primera vez se empieza a estudiar el cerebro sistemáticamente y comienza a desarrollarse una especie de geografía del cerebro que dice: “este lugar hace tal cosa”, “este lugar tiene que ver con tal otra”. Este es un primer intento serio de comprender la enfermedad mental a partir de la base física, de la base orgánica concreta de tipo lesional.

Hubo algunas descripciones muy importantes en esta época, muy minuciosas y detalladas; lo central de este período es la mirada sobre el problema de la enfermedad mental y el afán clasificatorio. Siempre pensando la enfermedad mental como algo que le pasa al otro; es decir, entre el clasificador y el paciente hay un abismo.

El otro es el paciente. Yo soy el que está sano y desde mi salud, desde mi conocimiento, desde mi saber, lo clasifico, como otros expertos clasifican plantas, insectos o animales.

El anterior punto de vista empezó a declinar hacia fines de siglo. Entre otras cosas, porque, evidentemente, había muchas patologías en las que era muy complejo e posible encontrar la famosa base lesional.

Posteriormente, desde los comienzos del siglo XX se ha tendido a considerar las enfermedades mentales como formas cuya tipicidad de estructura y evolución no puede ser asimilada a una especificidad absoluta de naturaleza, puesto que estos síndromes o reacciones derivan o parecen derivarse de etiologías diversas.

La elasticidad del concepto de enfermedades mentales, este carácter más dinámico y, por así decir, más personal de sus manifestaciones, su complejidad y carácter intrincado, se ha operado por la influencia de dos grandes movimientos, profundamente vinculados entre sí.

Freud y la Salud Mental

Los descubrimientos fundamentales de la estructura del inconsciente y de su papel patógeno por Sigmund Freud revolucionó la psiquiatría clásica o «kraepeliniana».

Según perspectiva de Freud, la forma rígida de las entidades tiende a desaparecer para prestarse a una interpretación más dinámica del papel de la actividad psíquica en la formación de los cuadros clínicos.

Este cambio de actitud que introduce Freud no solo significa cambiar el ojo por la oreja, sino que también implica la producción de un acortamiento de las distancias entre el supuestamente sano y el supuestamente enfermo.

El paciente ya no es el otro, como otro distante y lejano.

El aspecto orgánico y anatomopatológico, del proceso morboso, fue lo primero que perdió su excesiva vigencia en beneficio de las concepciones psicogénicas o psicodinámicas.

Freud nos dice que los mismos mecanismos que operan en la patología operan en cada uno de nosotros, los así llamados normales. Las mismas estructuras, las mismas instancias y los mismos mecanismos de defensa están presentes tanto en la patología como en la salud.

Esto significa que, entre el paciente y la persona llamada normal, simplemente hay una diferencia de grado, una diferencia de cantidad, no de cualidad. La diferencia no es cualitativa, es simplemente cuantitativa.

Entre la angustia que puedo sentir yo como supuestamente normal y la angustia psicótica, no hay una diferencia de calidad, hay una diferencia en la cantidad. La angustia psicótica es una angustia que aniquila, que desborda y que no tiene control debido a un colapso defensivo.

De modo que, la lejanía del paciente ya no es tal, sino que se reduce drásticamente. Se produce un gran cambio de perspectiva que de alguna manera va a marcar todo el siglo XX.

Pensamiento freudiano y salud mental

La inclusión del pensamiento freudiano y la profundización del conocimiento de la intimidad de la enfermedad mental, empieza a poner en evidencia que la salud mental no obedece solamente al funcionamiento de las estructuras cerebrales, que también el medio, las experiencias concretas.

Las interacciones con los otros y la historia de cada sujeto, cuentan para entender el porqué de su mayor o menor equilibrio emocional. Este es uno de los grandes aportes de Freud en la medida que desmedicaliza la enfermedad mental. Le quita la imagen de patología física que tiene que ver exclusivamente con el saber médico e introduce los factores psicológicos, los factores antropológicos, los factores sociales.

La postura de Freud termina derivando en un concepto que hoy se maneja habitualmente para comprender la patología mental y es el concepto de policausalidad. Es decir, ya no pensamos, salvo en cuestiones muy puntuales, en patologías muy claramente definidas. Ya no pensamos, que la pérdida de salud mental obedece a un único factor, sino más bien a una especie de sumatoria, a una interacción acumulativa de diversos factores.

Hay que reconocer el aporte freudiano porque él ya había trabajado el concepto de «series complementarias», en el que planteaba que la patología se produce por una interacción entre aquellos factores que el sujeto trae genéticamente y la historia personal, los eventos, las cosas que le fueron pasando y que le pasan. Entonces Freud decía: miren entre estos dos factores, lo que llamaríamos lo genético y este otro que llamaríamos la historia del sujeto, hay una relación inversamente proporcional. Esto es que, cuanto mayor sea la carga genética del sujeto, menor importancia tendrán que tener los eventos de su vida para que ese sujeto se descompense y viceversa.

El concepto de enfermedad

La enfermedad depende de dos series de factores: el cuerpo y la historia del sujeto. Esta historia incluye tanto la experiencia personal como la coyuntura histórica y el contexto de la época en la que vive. Estas series de factores, interactuando, absolutamente imbricadas una con otra, son las que permiten comprender más cabalmente por qué una persona enferma.

Lo anterior se expresa en la definición de Salud Mental que propone la Organización Mundial de la Salud, la cual surge por consenso de un grupo de expertos de distintos países del mundo y que dice:

“La Salud Mental se definió como aquel estado sujeto a fluctuaciones, provenientes de factores biológicos y sociales, donde el individuo se encuentra en condiciones de conseguir una síntesis satisfactoria de sus tendencias instintivas, potencialmente antagónicas, así como para formar y mantener relaciones armoniosas con los demás y para participar constructivamente en los cambios que puedan producirse en su medioambiente físico y social”.

OMS


Salud Mental no es ausencia de enfermedad

Ante la expresión Salud Mental generalmente se piensa en la enfermedad mental. No obstante, debemos saber que Salud Mental no solamente es ausencia de enfermedad mental, sino que implica mucho más que eso.

Se refiere al completo bienestar físico, psíquico y social. Estado en que el ser ejerce sus funciones normalmente; específicamente al derecho a vivir en un equilibrio psico-emocional que, aun siendo inestable, porque vivir lo es, no acarree más sufrimiento que el esfuerzo necesario para mantener ese equilibrio o para lograr otro más adecuado a nuevas circunstancias. Consistiría en que al individuo se le posibilite ejercer su capacidad para desarrollarse y de llevar a cabo cambios que conduzcan al crecimiento y evolución personal.

La Salud Mental es un estado de relativo equilibrio e integración de aquellos aspectos conflictivos que conforman al individuo. Por lo tanto, que la persona tenga buen estado de salud implica poder enfermar y tener la capacidad de restablecerse.

Independientemente de la denominación con que hagamos referencia a ella, es un estado al que a todos nos gustaría acceder y del cual poder disfrutar.

Cuando hablamos de satisfacción, alegría, goce, placer, tranquilidad, paz, nos referimos a la Salud Mental; muchas veces sin darnos cuenta de que lo estamos haciendo.

La Salud Mental está estrechamente vinculada con nuestra vida de todos los días y presente en el modo de relacionarnos con quienes compartimos los diversos momentos diarios: familiares, amigos, compañeros de trabajo, pareja y los demás integrantes de la comunidad a la cual pertenecemos. Esto comprende la forma en que cada uno logra armonizar las demandas de la vida, para poder afrontarlas; sus recursos, ideales, valores, habilidades, sentimientos, proyectos, conductas, etc.

Componentes del Bienestar Mental

Equilibrio Emocional

El equilibrio emocional es fundamental para la salud mental. Esto se refiere a la capacidad de manejar las emociones de manera efectiva, controlando reacciones frente a situaciones estresantes. Un individuo con equilibrio emocional puede experimentar alegría, tristeza y otros sentimientos sin ser abrumado por ellos.

Equilibrio Psicológico

El equilibrio psicológico se relaciona con la percepción de uno mismo y la manera en que se enfrenta a la realidad. Esto incluye la apreciación de las propias capacidades, así como la adaptación a los cambios y desafíos que presenta la vida. Mantener un balance en este aspecto favorece la toma de decisiones saludables y el desarrollo de una autoimagen positiva.

Salud Social

La salud social abarca las relaciones interpersonales y el entorno social del individuo. La capacidad para formar y mantener vínculos significativos contribuye al bienestar general. De esta manera, una red de apoyo social sólida puede ser un factor protector frente a problemas de salud mental.

Salud Mental y equilibrio

Salud no significa ausencia de conflicto porque inevitablemente todo ser humano está sujeto a experimentar conflictos entre el amor, el odio, el temor, la necesidad de subsistir y la impotencia infantil. Por lo tanto, es indispensable que se desarrolle algún sistema que proteja; mediante el cual estas fuerzas en conflicto puedan ser contenidas y orientadas en forma constructiva hacia una meta común.

Salud significa contar con los recursos de resolución o equilibrio cuando un individuo tiene la capacidad para deprimirse a partir de sus frustraciones, la culpa, la equivocación y puede tolerarlo. Es un buen índice de salud que revela la integración personal alcanzada.

La Salud Mental, concebida como interjuego, movilización y cambio, consistiría en la posibilidad de reorganizaciones y equilibraciones creativas y adaptativas.

Resiliencia

No ausencia de patología, sino poder enfermarse y restablecerse, ser capaces de desarrollarnos y generar cambios que nos lleven a un crecimiento y evolución como personas.

La patología, la enfermedad psíquica, sería la rigidez, la cristalización, una adaptación rígida, inamovible a ciertas pautas, normas, a los continuos cambios en el mundo, en nuestra existencia.

La dificultad para contemplar diversas alternativas ante las exigencias y necesidades internas o del mundo externo y no la presencia de conflictos, inherente a todo ser humano, el cual siendo sano en grado suficiente, los enfrentará, atravesará más allá del posible resultado. Afrontamiento necesario para el crecimiento, desarrollo y maduración personal, constituyendo una experiencia psicológica enriquecedora y satisfactoria, cognitiva y afectivamente.

Bohoslavsky analiza las conductas de una persona psíquicamente sana en términos de:

  • Seguridad. Se logra en la medida en que puedan cumplirse los objetivos propuestos.
  • Autonomía. Supone a una persona dueña de sus decisiones y de la elaboración de sus proyectos. Se asocia entre sus necesidades de seguridad, protección y las de sentirse en cierta medida independiente de la voluntad y el poder de los otros.
  • Responsabilidad. El individuo se hace cargo de las consecuencias de sus decisiones.
  • Adaptación. En relación con la satisfacción de necesidades. Implica poseer la capacidad de esperar y tolerar las frustraciones.
  • Renuncia a la omnipotencia. La presencia continua de futuro, que es limitado y finito.

Ciclo vital

Nuestro ciclo vital está delineado por el proceso de crecimiento que supone cambios, transiciones y adaptación. Durante ese ciclo, la persona interviene en situaciones en las que se encuentra con hechos imprevistos, azarosos y que le generan estrés (tensión emocional). Hoy sabemos que existe una estrecha relación entre el estrés y distintos tipos de trastornos psicológicos y somáticos.

Hartmann ha estudiado el papel de la adaptación, entendida como posibilidad de dominio de la realidad, en un desarrollo psicológico sano.

En general, una persona bien adaptada sería aquella en la cual su productividad, su capacidad para disfrutar de la vida y su equilibrio mental no están perturbados.

Los procesos de adaptación aluden a una interrelación constante entre:

Variables internas: autoconcepto, identidad personal, autoconfianza, sentimiento de eficacia personal, autoestima, etc.

Variables externas: como la estructura social, su lugar en la misma, las posibilidades de realización y gratificación en el ámbito personal y social, y las formas de trabajo que codeterminan las reales posibilidades de adaptación que toda persona tiene.

La Salud Mental es una condición y un nivel de funcionamiento social que conlleva dos necesidades: La necesidad de adaptación social y la necesidad de lograr satisfacciones y realizaciones personales (bienestar psicológico).

Salud Mental y bienestar

El bienestar psicológico expresa el sentir positivo y el pensar constructivo del ser humano acerca de sí mismo y que posee un carácter subjetivo-vivencial.

En relación con la categoría de “calidad de vida”, el bienestar constituye, la dimensión subjetiva de esta.

El bienestar se relaciona con aspectos particulares del funcionamiento físico, psíquico y social, y es, en esencia, una experiencia humana vinculada al presente.

Aunque sea una experiencia “del aquí y ahora”, el bienestar posee una proyección al futuro, pues se produce justamente por el logro de bienes.

El bienestar surge del balance entre las expectativas (proyección de futuro) y los logros (valoración del presente) en las áreas de mayor interés para el ser humano, que son el trabajo, la familia, la salud, las condiciones materiales de vida, las relaciones interpersonales y las relaciones sexuales y afectivas con la pareja.

La satisfacción con la vida surge como punto de partida de una transacción entre el individuo y su entorno micro y macrosocial. Se incluyen las condiciones objetivas, materiales y sociales, que brindan al hombre determinadas oportunidades para la realización personal.

De igual forma, el bienestar se construye por el individuo en estrecha vinculación con su entorno macro y microsocial y posee, un componente cognitivo-valorativo y otro componente afectivo-emocional.

Importancia de la Salud Mental

La salud mental ejerce una influencia considerable en todos los aspectos de la vida. Un estado mental positivo facilita la realización de actividades diarias, la interacción social y el desempeño laboral. Por el contrario, la falta de salud mental puede provocar dificultades en el funcionamiento cotidiano, impactando tanto el ámbito personal como profesional.

Relación con la Salud Física

Múltiples estudios han demostrado una estrecha relación entre la salud mental y la salud física. Las personas que experimentan problemas de salud mental pueden tener un mayor riesgo de desarrollar enfermedades físicas, como enfermedades cardíacas o diabetes. Por lo tanto, promover la salud mental no solo se traduce en un mejor bienestar emocional, sino también en una mejora notable en la salud física.

El Derecho Humano a la Salud Mental

La salud mental es reconocida como un derecho humano fundamental. Esto implica que todas las personas tienen derecho a disfrutar de un estado de bienestar mental. Establecer políticas y programas que protejan este derecho es esencial para garantizar un entorno social que fomente el respeto a la dignidad humana y el bienestar de todos los individuos.

Factores Determinantes de la Salud Mental

Los factores que influyen en la salud mental son diversos y complejos. Incluyen elementos biológicos, psicológicos, sociales y de desarrollo. Comprender estos factores es crucial para abordar y mejorar el bienestar mental de las personas.

Factores Biológicos

Los factores biológicos juegan un papel fundamental en la salud mental. Estos incluyen aspectos como la genética y la química del cerebro, que pueden influir en el riesgo de desarrollar trastornos mentales.

Genética

La predisposición genética se considera un factor importante en la manifestación de trastornos mentales. Algunos individuos pueden llevar en su ADN variaciones que aumentan la probabilidad de desarrollar afecciones como la depresión, el trastorno bipolar o la esquizofrenia. Los estudios han demostrado que ciertos trastornos pueden ser más comunes en familias, lo que sugiere un componente hereditario.

Química del Cerebro

La química cerebral es otro aspecto crítico que afecta la salud mental. Neurotransmisores, como la serotonina y la dopamina, son esenciales para regular el estado de ánimo y las emociones. Desequilibrios en estas sustancias químicas pueden contribuir al desarrollo de trastornos mentales. Por ejemplo, un déficit de serotonina se ha asociado a la depresión, mientras que un exceso de dopamina puede estar relacionado con trastornos psicóticos.

Factores Psicológicos

Los factores psicológicos abarcan las experiencias personales y las habilidades emocionales que influyen en la salud mental. La historia personal de trauma y la capacidad para manejar las emociones son determinantes clave.

Historia de Trauma

Las experiencias adversas durante la infancia, como el abuso o la negligencia, pueden tener un impacto duradero en la salud mental. Los individuos que han sufrido trauma son más propensos a desarrollar trastornos mentales, incluyendo trastornos de ansiedad y depresión. El trauma puede alterar la percepción del mundo y afectar la capacidad de formar relaciones saludables.

Habilidades Emocionales

Tener buenas habilidades emocionales es esencial para lidiar con el estrés y las dificultades de la vida. La capacidad para reconocer y gestionar las propias emociones, así como para empatizar con los demás, son componentes clave del bienestar mental. La falta de estas habilidades puede aumentar el riesgo de trastornos mentales, dificultando las interacciones sociales y la regulación emocional.

Factores Sociales y Económicos

La situación social y económica de un individuo también afecta su salud mental. Elementos como la pobreza, la violencia y la desigualdad pueden contribuir a un mayor estrés y vulnerabilidad.

Pobreza y Desigualdad

La pobreza es un factor de riesgo significativo para la salud mental. Las personas que viven en condiciones de escasez económica enfrentan una serie de desafíos, incluyendo el estrés constante por necesidades básicas, la falta de acceso a servicios de salud y educación, así como oportunidades laborales limitadas. La desigualdad social también genera sentimientos de frustración, desconfianza y desesperanza, que pueden disparar problemas de salud mental.

Violencia y Degradación Ambiental

La exposición a la violencia y a un entorno degradado puede afectar gravemente la salud mental de las personas. Comunidades que viven en situaciones de conflicto o violencia tienen índices más altos de trastornos mentales. Además, la degradación ambiental, que incluye el cambio climático y la contaminación, puede generar ansiedad y preocupación, afectando el bienestar mental de los individuos.

Factores de Desarrollo

Los factores de desarrollo son fundamentales en la formación de la salud mental a lo largo de la vida. Las experiencias vividas desde la niñez hasta la adolescencia pueden tener un impacto significativo en el estado mental futuro.

Experiencias Adversas en la Niñez

Las experiencias adversas en la niñez, como el abuso emocional, físico o la inestabilidad familiar, se correlacionan con un mayor riesgo de problemas de salud mental en la vida adulta. Estas experiencias pueden alterar el desarrollo emocional y social, haciendo que los individuos sean más susceptibles a trastornos mentales. Es fundamental brindar un entorno seguro y nutritivo en la infancia para promover una salud mental positiva en el futuro.

En el marco de la “normalidad”.

El individuo sea “normal” no es sinónimo de estar sano, pues la enfermedad puede presentarse como una forma de normalidad.

Estar sano implica ser normal en determinada situación; pero además, en situaciones imprevistas, poder superar la norma, tolerar infracciones a la norma establecida e instaurar nuevas normas.

Tener buena salud significa poder enfermarse y recuperarse. En realidad, personas que parecen muy sanas, normales y muy adaptados pueden estar en peligro somática y psíquicamente. Por ejemplo, los enfermos psicosomáticos y sobreadaptados: individuos que sufren los típicos infartos masivos cuando tratan de alcanzar las metas promocionadas e impuestas por la cultura postmoderna: dinero, posesiones materiales, éxito, fama, competitividad, eficacia, etc.

Acceso a Servicios de Salud Mental

El acceso a servicios de salud mental es crucial para aquellas personas que requieren atención especializada. La disponibilidad de diferentes tipos de servicios permite a los individuos obtener la ayuda necesaria en función de sus situaciones específicas.

Servicios Comunitarios

Los servicios comunitarios son importantes para proporcionar apoyo psicológico y emocional a la población. Estos pueden incluir:

  • Centros de atención comunitaria que ofrecen terapia grupal e individual.
  • Programas de prevención que buscan minimizar el riesgo de desarrollar trastornos mentales.
  • Actividades comunitarias que promueven la salud mental y el bienestar colectivo.

Atención Primaria

La atención primaria es la primera línea de defensa en salud mental. Los profesionales de la salud que trabajan en este ámbito pueden:

  • Llevar a cabo evaluaciones iniciales para identificar problemas de salud mental.
  • Derivar a otros especialistas cuando sea necesario.
  • Ofrecer orientación y educación a las personas sobre cómo manejar su salud mental.

Hospitales Generales

Los hospitales generales juegan un papel vital al proporcionar servicios de salud mental. Estos centros están equipados para:

  • Atender emergencias psiquiátricas que requieran intervención inmediata.
  • Realizar tratamientos más intensivos para trastornos graves.
  • Brindar programas de rehabilitación y apoyo continuo para los pacientes.

Barreras en el Acceso a Servicios

A pesar de la importancia de los servicios de salud mental, existen diversas barreras que limitan su acceso. Estas barreras pueden ser tanto sociales como económicas.

Estigmatización

La estigmatización acerca de los trastornos mentales crea un obstáculo significativo. Muchas personas temen buscar ayuda debido a:

  • Los prejuicios sociales que rodean la salud mental.
  • El miedo a ser discriminados o etiquetados negativamente.

Límites Económicos

Los costos asociados con la atención de salud mental también son un impedimento. Muchas personas se enfrentan a:

  • Altos precios de tratamientos y terapias.
  • Falta de cobertura por parte de los sistemas de salud.
  • Recursos limitados en comunidades rurales o desfavorecidas.

Importancia del Tratamiento

El tratamiento de los problemas de salud mental es esencial para mejorar la calidad de vida. Las personas que reciben atención adecuada tienen mayores posibilidades de recuperarse y llevar vidas plenas.

Terapia Psicológica

La terapia psicológica es un componente clave en el tratamiento de trastornos mentales. Esto incluye:

  • Sesiones individuales que ofrecen un espacio seguro para abordar problemas personales.
  • La terapia grupal, que permite a los individuos compartir experiencias y encontrar apoyo.
  • Técnicas específicas como la terapia cognitivo-conductual que han demostrado ser efectivas.

Medicaciones

La medicación puede ser necesaria para algunas personas, especialmente aquellas que enfrentan trastornos graves. Los beneficios incluyen:

  • El control de síntomas que pueden interferir en la vida diaria.
  • El apoyo a la terapia psicológica, aumentando su efectividad.
  • La regulación química en el cerebro para estabilizar el estado de ánimo.

Rol de la Comunidad en la Salud Mental

La comunidad desempeña un papel crucial en la promoción y protección de la salud mental. A través de diversas iniciativas y la creación de entornos saludables, se pueden facilitar recursos y apoyo para quienes enfrentan desafíos en su bienestar mental.

Creación de Entornos Saludables

Un entorno saludable es fundamental para el desarrollo y mantenimiento de la salud mental. Las comunidades pueden fomentar espacios en los que los individuos se sientan seguros y apoyados, facilitando su bienestar emocional. Esta creación de entornos puede lograrse mediante:

  • Desarrollo de áreas recreativas y espacios verdes que promuevan la actividad física y el bienestar general.
  • Acceso a recursos y servicios comunitarios que apoyen el bienestar psicológico.
  • Fomento de políticas de inclusión que aseguren que todos los miembros de la comunidad tengan acceso a oportunidades igualitarias.

Programas de Apoyo Social

Los programas de apoyo social son vitales para fortalecer la salud mental en la comunidad. Estos programas ofrecen herramientas y recursos a los individuos y grupos que enfrentan adversidades, facilitando su integración y bienestar.

Redes Comunitarias

Las redes comunitarias proporcionan un sistema de apoyo fundamental. Estas redes pueden incluir:

  • Grupos de apoyo que ayudan a las personas a compartir experiencias y recibir orientación.
  • Iniciativas de voluntariado que fomentan el sentido de pertenencia y la solidaridad.
  • Espacios donde se realiza educación sobre la salud mental, reduciendo el estigma asociado a los trastornos mentales.

Colaboración entre Sectores

La colaboración entre diferentes sectores, como salud, educación y trabajo, es esencial para abordar de manera integral los problemas de salud mental. Algunas acciones que pueden llevarse a cabo son:

  • Implementación de programas interdisciplinarios que ofrezcan diversas formas de apoyo a la comunidad.
  • Organización de campañas de sensibilización que integren a diferentes sectores para fomentar la salud mental.
  • Desarrollo de políticas públicas que promuevan la inclusión y el bienestar mental en todas las áreas de la vida comunitaria.

Políticas Públicas para la Salud Mental

Las políticas públicas en salud mental son fundamentales para garantizar el bienestar emocional de la población. Estas directrices permiten establecer un marco que promueva y proteja la salud mental, al tiempo que se abordan los retos que enfrentan las personas con trastornos mentales.

Planes Nacionales de Salud Mental

Los planes nacionales de salud mental son estrategias diseñadas para mejorar la calidad de vida de las personas afectadas por trastornos mentales. Están enfocados en integrar la atención de salud mental en el sistema de salud general, promoviendo la prevención, el tratamiento y la rehabilitación.

Estos planes deben incluir:

  • Acceso equitativo a servicios de salud mental en todas las regiones.
  • Capacitación de profesionales en la atención de salud mental.
  • Programas de concientización y educación sobre salud mental en la comunidad.
  • Colaboración con organizaciones no gubernamentales y comunitarias.
  • Monitoreo y evaluación continua de las estrategias implementadas.

Políticas de Prevención

Las políticas de prevención son cruciales para reducir la incidencia de trastornos mentales en la población. Estas políticas deben enfocarse en abordar los factores de riesgo y fomentar los factores de protección a través de una serie de iniciativas y programas.

Es esencial que estas políticas incluyan:

  • Programas de promoción de la salud y el bienestar mental en escuelas y lugares de trabajo.
  • Intervenciones tempranas para grupos vulnerables, como jóvenes y personas mayores.
  • Proyectos destinados a mejorar las condiciones socioeconómicas en comunidades desfavorecidas.
  • Campañas de sensibilización para reducir el estigma asociado a los trastornos mentales.

Legislar para la Protección de Derechos

La legislación en salud mental es fundamental para garantizar los derechos de las personas que padecen trastornos mentales. La implementación de leyes adecuadas no solo protege a estas personas, sino que también promueve su integración en la sociedad.

Es importante que la legislación contemple:

  • Derechos a la atención adecuada y digna en servicios de salud mental.
  • Protección contra la discriminación y el estigma.
  • Derechos de participación en la toma de decisiones sobre su tratamiento.
  • Acceso a programas de rehabilitación y reintegración social.

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Autor(es)

Héctor Alejandro Lamas Rojas

Héctor Alejandro Lamas Rojas

Sociedad Peruana de Resiliencia

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Héctor Alejandro Lamas Rojas es Doctor en Psicología y docente universitario de pregrado y posgrado. Fue Decano Nacional del Colegio de Psicólogos del Perú, donde su liderazgo fue reconocido con el Premio Nacional de Psicología. Actualmente, es presidente de la Sociedad Peruana de Resiliencia, institución que promueve la fortaleza y capacidad de recuperación en individuos y comunidades.

Como fundador y primer presidente de la Academia Peruana de Psicología, el Dr. Lamas Rojas ayudó para el avance de la psicología en el Perú. Su compromiso con la educación y la paz es evidente en su labor docente y en su participación activa en diversas organizaciones dedicadas a mejorar la calidad de vida y el bienestar social.

El Dr. Lamas Rojas es un ferviente defensor de un mundo mejor, lo cual se refleja en su colaboración con Amei Waece, una asociación internacional que promueve la educación emocional y la paz. Su pasión y dedicación a la psicología y a la formación de futuros profesionales son testimonio de su compromiso con el desarrollo humano y social.

Alcira Murrugarra Abanto

Sociedad Peruana de Resiliencia

Citar este artículo:

Lamas, H., Murrugarra, A. (1 marzo, 2018). Concepto de Salud Mental: Desarrollo e importancia. Instituto Salamanca. https://institutosalamanca.com/blog/concepto-de-salud-mental

Este artículo es distribuido bajo licencia Creative Commons: 

2 comentarios en «Concepto de Salud Mental: Desarrollo e importancia»

  1. Buen intento de plantear una «salud integral» . Dentro de los factores subjetivos planteados, creo que seria muy útil incluir la disciplina teológica,. desde la perspectiva de la espiritualidad en el ser.

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