Los trastornos de ansiedad los padece un alto porcentaje de la población. El impacto médico y social de los mismos resulta superior al de algunos de los más difundidos padecimientos crónico-degenerativos.
Psicoterapia y trastornos de ansiedad
Cuéntase que un día, a finales de los años cincuenta. Cuando los televisores solo comenzaban a convertirse en objetos de uso común, se dirigió a un taller de reparaciones de equipos eléctricos un ciudadano enfurecido y con su televisor a cuesta.
“Repárenlo urgentemente«, -dijo airado-
«Me ha costado un dineral y no sirve para nada”
«¿Cuál es el problema del equipo?” -preguntó solícito el empleado del taller.
«Nada, que lo enciendo desde por la mañana, y todo el día no hace más que decir mentiras y más mentiras«, -respondió el cliente enfurecido.
Claro está que en este caso, el cliente no tenía razón, en parte, pues las mentiras de una forma u otra salían del «malhablado aparato».
La cuestión consiste en que, en ocasiones, en un mismo punto del espacio coinciden varias realidades diferentes.
En este caso, en el televisor coinciden al menos dos realidades:
- El sistema electrónico que existe dentro del televisor, con toda clase de diodos, triodos, transistores etc.
- La otra realidad relevante en nuestro relato es la de los estudios de televisión. Su personal y los dueños y anunciantes quienes, a fin de cuentas, deciden que se debe mostrar por la pequeña pantalla, cómo y cuándo.
La quincallería del televisor puede estar en magnífico estado, mientras que la programación puede ser una perfecta estafa a la población inocente.
Procesamiento de información
Lo mismo ocurre con las computadoras. La programación es independiente, en gran medida, de la construcción interna de tal equipo. Bien puede ocurrir que una computadora en particular trabaje mal por culpa de algún detalle electrónico. También por defectos de la programación. Ya que lo más frecuente es que el hardware lo produzca una firma diferente de la que produce los programas.
Son dos realidades distintas que coinciden en un objeto de nuestra mesa del trabajo. Nuestro cerebro, en cierta medida, pertenece a la misma clase de sistemas procesadores de información, y en nuestra salud mental también podemos encontrar al menos dos realidades diferentes: la realidad del cerebro como órgano corporal (con sus neuronas, glías, etc.) y la realidad de los programas, escenarios vitales, imágenes etc., que se estructuran en el transcurso de nuestras vidas.
Por tanto, las relaciones entre nuestro cerebro y nuestra salud mental pueden ser muy complejas.
El cerebro como tal puede estar completamente sano. Por ejemplo, en el caso de un paciente fóbico, cuyos terrores le impiden por años salir de su casa, lo que lo convierte en un enfermo desde todo punto de vista. Mientras que el cerebro de la mayoría de nuestros profesores titulares (personas por lo general mayores de sesenta años), se encuentra en un estado lastimoso a causa de la presencia de millones y millones de ateromas y otros daños microanatómicos. Y nuestros profesores dictan sus conferencias, se comunican normalmente. Logran ser muy felices en sus vidas privadas. Y nadie los considera personas que padecen de enfermedades psíquicas.
Delimitando los trastornos de ansiedad
Si aceptamos tales verdades bastante evidentes, se pueden enunciar las siguientes conclusiones:
- Existen trastornos de la salud mental, en los cuales el cerebro se encuentra completamente sano; como es el caso de los trastornos de ansiedad.
- En el caso de tales enfermedades, las más importantes de las cuales son las neurosis, el tratamiento farmacológico resulta en el mejor de los casos paliativo. Mientras que el tratamiento efectivo y causal ha de estar dirigido a la transformación de programas, escenarios, imágenes internas, formadas en el transcurso de la vida del paciente.
- Tal sistema de intervenciones, modificadoras de imágenes internas, programas y escenarios patogénicos, se denomina psicoterapia.
Por supuesto que, desde el punto de vista de las distintas escuelas de psicoterapia existentes, las definiciones de la psicoterapia pueden ser múltiples y diferentes entre sí. Pero precisamente lo que se intenta es dar una definición clara y no alineada a ninguna de las corrientes y escuelas en boga.
Psicoterapia y salud pública
A partir de los objetivos globales de la salud pública, puede enunciarse otra definición, de carácter complementario a la anterior. Si el objetivo de los sistemas de salud consiste en la prevención primaria, secundaria y terciaria de las enfermedades; la psicoterapia consiste en el sistema de intervenciones que permiten la prevención primaria, secundaria y terciaria de los trastornos psíquicos, fundamentalmente los de nivel neurótico.
La psicoterapia ha sido siempre una profesión liberal. Practicada generalmente por los psicoterapeutas en su propio domicilio o en consultas alquiladas. No se ha desarrollado de forma masiva dentro de los sistemas de salud nacionales, aunque no escapa a la regulación normativa estatal. Sin embargo, los trastornos psíquicos en general y las neurosis en particular, constituyen problemas masivos dentro del estado de salud general de la población. Según investigaciones, un 15% de la población adulta norteamericana ha sufrido de algún trastorno (trastornos de ansiedad) en el transcurso de su existencia.
Trastornos de ansiedad
Se consideran trastornos de ansiedad los siguientes:
- Ataques de pánico inmotivado.
- Padecimiento ansioso generalizado o «ansiedad flotante».
- Fobias (miedos persistentes, intensos e irracionales).
- Fobia social (temor irracional a la crítica e humillación públicas).
- Obsesión -compulsión.
- Estrés Post Traumático.
Si tal conjunto de padecimientos (trastornos de ansiedad) lo sufre más del 10% de la población, puede considerarse que el impacto médico y social de los mismos resulta superior al de algunos de los más difundidos padecimientos crónico-degenerativos. Por ejemplo, la hipertensión arterial o el asma bronquial.
Se hace necesario el desarrollo de estrategias concernientes a cómo debe enfrentar la sociedad como un todo tal tipo de problemas.
En el presente trabajo se intentará dilucidar algunos aspectos imprescindibles para el enfrentamiento exitoso de cuatro de los trastornos de ansiedad antes mencionados:
- Ataques de pánico.
- Fobias.
- Fobia social.
- Estrés Post-Traumático.
La selección de tales padecimientos está dictada por la experiencia personal de autor en el tratamiento psicoterapéutico. Se ha realizado meditación teórica sobre los mismos por varios años, lo que en su conjunto expresa una experiencia vital que pudiera ser de utilidad.
Los aspectos que van a ser tratados serán dos:
- Los procedimientos idóneos para el tratamiento psicoterapéutico de los trastornos en cuestión (dentro de un enfoque radicalmente ecléctico).
- El posible desarrollo de una teoría causal de tales problemas psicológicos.
Resulta conveniente aclarar que los trastornos de ansiedad enunciados anteriormente serán considerados como modalidades del padecimiento fóbico. Ya que la experiencia personal del autor lo inclina a pensar en la comunidad de los esquemas de tratamiento idóneos para el tratamiento de los mismos. También en la posibilidad de una teoría causal que los abarque.
El problema como tarea de salud pública
Recientes investigaciones epidemiológicas muestran que alrededor del 3.8% de la población adulta de EUA padece de ataques de pánico. Otra cantidad, entre el 3 y el 5%, padece de agorafobia con ó sin ataques de pánico. Según otras investigaciones, un 2% de la población adulta sufre en alguna medida de fobia social. El estrés Post-Traumático se produce en una gran cantidad de las víctimas de las guerras y catástrofes de todo tipo. Algunas investigaciones arrojan que cerca del 50% (60% los hombres y 50% las mujeres) de las víctimas de desastres presentan síntomas de estrés a los seis meses de pasada la conmoción. La cronificación de los síntomas ocurre en un 3% de los afectados. La guerra resulta uno de los factores causantes de estrés más fuertes: un 30% de los combatientes y un 50% de los prisioneros de guerra sufren de estrés Post-Traumático con tendencia a la cronificación.
Por fortuna, las grandes catástrofes no ocurren todos los días, sin embargo, el número de pequeñas catástrofes personales que ocurren diariamente resulta asombrosamente grande. Según datos del Centro Nacional de Víctimas de EUA (The crime cloc, 1994), cada:
- 2 segundos se comete un crimen contra la propiedad.
- 15 segundos una mujer es golpeada.
- 46 segundos alguien es robado.
- 3 minutos dos mujeres son violadas
- 6 niños norteamericanos resultan víctimas de abusos o negligencias
- 22 minutos alguien es asesinado
- Cada día 55 norteamericanos resultan muertos en accidentes relacionados provocados por el consumo de bebidas alcohólicas.
Prevalencia de los trastornos de ansiedad
Todo esto indica que el número de personas que sufren de enfermedades fóbicas y de Estrés Post-Traumático resulta realmente enorme. Y es de esperar, que con la subsecuente deshumanización de la sociedad moderna estos problemas habrán solo de aumentar. Hay que tener muy en cuenta que en este caso se trata no solo de estadísticas de morbilidad, sino de océanos de sufrimiento humano. Ya que en los casos serios de padecimientos fóbicos y de Estrés Post-Traumático, los pacientes tienen garantizado un verdadero infierno en la vida terrenal. Las estrategias de enfrentamiento han de abarcar:
La profilaxis o prevención primaria, cuestión harto compleja y que se sale de los límites del presente trabajo.
El tratamiento temprano, que sería el equivalente a la prevención secundaria y que en el caso de guerras y catástrofes; las víctimas deben poder recibir inmediatamente.
El tratamiento a mediano y largo plazo, dirigido al restablecimiento y la ausencia de secuelas.
Lo dramático del caso estriba en el hecho de que aún los profesionales de la salud mental (psicólogos, psiquiatras, trabajadores sociales etc.) suelen carecer de una preparación específica. Ya no tanto para enfrentar los padecimientos fóbicos, su preparación resulta muy deficiente aún en el caso del Estrés Post-Traumático. Tal preparación resulta necesaria no solo para el personal de salud mental sino, en lo que al Estrés Post-Traumático respecta. Resulta altamente deseable para todos los que entran en contacto con las víctimas en los primeros momentos posteriores al suceso traumático.
El papel del personal paramédico
Si los agentes del orden, los enfermeros, los agentes de seguros, abogados y todos los demás que contactan con las víctimas de oficio, cuentan con aunque sea un mínimo de preparación, la victimización puede hacerse mínima. Por el contrario, cuando tal preparación no existe, puede llegar a producirse una victimización secundaria que origina toda una nueva secuela de padecimientos adicionales en los sufrientes. Por lo tanto, se hace necesaria la planificación y ejecución de cursos de entrenamiento de varios niveles:
- Cursos del mayor nivel de profundidad para psicoterapeutas.
- Programas de un nivel menor para otros profesionales y técnicos de la salud.
- Cursos elementales para todos los agentes de estado, el mundo de los negocios y la comunidad, que se ven obligados a contactar directamente con las víctimas de todo tipo.
En el caso ideal, todas las actividades relacionadas con las víctimas de violencia, catástrofes, etc., deben ser coordinadas por algún centro especializado con el suficiente nivel técnico y posibilidades de unificación de voluntades y movilización de recursos. En la dirección de tal centro deben participar tanto agencias estatales como organizaciones independientes, para evitar en lo posible la burocratización y la deshumanización. La formación de cuadros para la atención de víctimas debe de contar con profesores de adecuado nivel. Así como con un sistema de acreditación e inspección, todo esto también con la participación conjunta de entidades estatales e independientes.
Problemas abiertos en los trastornos de ansiedad
Resultaría inadecuado pensar que la psicología y la psiquiatría actual poseen ya elaborado el conjunto de tecnologías de diagnóstico y tratamiento, necesario y suficiente para resolver de manera óptima los problemas de las personas que padecen de trastornos fóbicos o de Estrés Post-Traumático u otros trastornos de la ansiedad.
En el marco de las diferentes corrientes de la psicoterapia se han desarrollado ideas y procedimientos evidentemente útiles para el diagnóstico y tratamiento de tales problemas. Estos procedimientos pueden utilizarse con éxito en el caso de que, a partir de criterios pragmáticos y eclécticos, se utilizaran procedimientos de diverso origen dentro de programas terapéuticos. Centrados en la solución de los problemas de los pacientes. Para esto se necesita distanciarse de la dogmática de las distintas escuelas de psicoterapia existentes. Utilizar todo lo que pueda ser de utilidad en el mejoramiento del estado de salud de las personas aquejadas, independientemente de cuál sea el origen de cualesquiera de los procedimientos.
Esto contradice a la habitual forma de ser y actuar de un gran número de profesionales de salud. Los cuales desde las aulas universitarias se forman dentro de los cánones de determinada escuela, y su vida profesional transcurre dentro de un cierto nicho ecológico, demarcado por la teoría y práctica de la escuela a que pertenece. Sin embargo, tal modus vivendi resulta contraproducente para el tratamiento de los problemas de salud, a los que hacemos referencia en el presente trabajo. Si tomamos las principales corrientes de la psicología y la psicoterapia derivada de ellas, puede resultar evidente para los que poseen experiencia en el tratamiento de trastornos fóbicos o del Estrés Post-Traumático.
Diversos tratamientos para los trastornos de ansiedad
Un tratamiento psicoanalítico de un paciente fóbico o víctima del Estrés Post-Traumático puede conducir a una mejor comprensión de sí mismo. A una profundización en sus pulsiones y conflictos internos. Pero puede dejar incólumes los principales síntomas, por los cuales este tipo de paciente requiere de un tratamiento psicoterapéutico. En el caso del Estrés Post-Traumático, no siempre ayuda a la elevación de la autoestima de las víctimas de actos violentos y catástrofes.
Las técnicas que toman origen en la psicología conductista pueden eliminar síntomas con más efectividad que el psicoanálisis. Pero pueden dejar intactas estructuras neuróticas formadas en la infancia, lo que puede dar al traste con determinados éxitos iniciales y conducir a la aparición de nuevos síntomas o al resurgimiento de los antiguos.
Un tratamiento estrictamente basado en las doctrinas humanistas conduce a un aumento de la autoestima y autoaceptación del paciente. Esto resulta realmente valioso, mas puede dejar intacta la sintomatología principal del paciente. Lo ideal sería el desarrollo de programas de tratamiento psicoterapéutico que comprendan los logros de las principales escuelas que han demostrado en la práctica su utilidad en el mejoramiento del estado de salud de los seres humanos que sufren.
La filiación a ultranza a cualquiera de las escuelas de psicoterapia existentes posiblemente se base en un malentendido que ha tenido gran divulgación y que parte de los siguientes supuestos:
- La causalidad de las patologías psíquicas es simple.
- Tal causalidad ya ha sido descubierta por el ó los fundadores de la escuela X y se expresa mediante una teoría, considerada como única verdadera.
- Los procedimientos adecuados para el tratamiento de los problemas psíquicos son los desarrollados en la escuela X y se deducen de la teoría de tal escuela.
Un problema del objeto de estudio
La psiquis humana es uno de los sistemas más complicados que imaginarse pueda, cuya complejidad es perfectamente comparable con la del universo como un todo. Por lo que la creencia de que existen leyes simples en la esfera psicológica resulta, en el mejor de los casos, de una ingenuidad conmovedora. Los diversos investigadores, aún los más geniales, no han hecho más que arañar la superficie del conocimiento psicológico, y el penetrar en profundidad en el mismo es cuestión de los próximos dos siglos.
Por lo tanto, el modesto conjunto de procedimientos comprobados con que se cuenta al día de hoy, debe ser utilizado al máximo en aras de la población que sufre, sin parar mientes en las barreras artificiales, creadas por las escuelas existentes. La fé en que los procedimientos de las diferentes escuelas se deducen estrictamente de la teoría es, en la mayoría de los casos, completamente ilusoria.
En el problema del tratamiento efectivo de los padecimientos fóbicos y del Estrés Post-Traumático se impone la necesidad de:
- Desarrollar programas de tratamientos psicoterapéuticos eclécticos, que recojan todo lo mejor que ha elaborado el pensamiento psicológico hasta el momento.
- Paralelamente, se debe proseguir la búsqueda de regularidades y leyes que permitan el desarrollo de teorías profundas, capaces de abrir nuevos senderos al conocimiento y a la solución de problemas concretos, tratando por todos los medios de evitar caer en la tentación de crear nuevas escuelas escotomizadas.
Teoría de la personalidad y psicoterapia
Uno de los problemas abiertos y que requiere de un tratamiento especial es el de la relación entre la teoría de la personalidad y la psicoterapia. En asunto no estiba en la falta de tales teorías, se puede decir que las mismas abundan. El problema consiste en que tales teorías apenas pueden legítimamente pretender a un mínimo de rigor metodológico que les pudiera garantizar el status a que pretenden. En buena lid, una teoría es un sistema conceptual hipotético-deductivo, del cual se pueden deducir rigurosamente los hechos conocidos en la esfera del conocimiento en cuestión, así como hechos desconocidos hasta el momento.
Las teorías existentes, en el mejor de los casos, pueden aspirar al título de «discurso» más o menos coherente, cuya utilidad se resume a un cierto desbordamiento del territorio a explorar. El propio planteamiento de la posible existencia de una teoría de la personalidad resulta metodológicamente incorrecto.
Las teorías científicas generalmente aceptadas no abarcan «objetos» (la piedra, un planeta o el planeta en general, un león); sino que poseen como dominio determinados sistemas de relaciones existentes en un sector de la realidad (la teoría de la relatividad, la teoría de la evolución de las especies, la teoría genética, etc.). Por lo que en este tema se requiere comenzar ad ovo. El propio concepto de psicoterapia no resulta tan unívoco como pudiera esperarse, por lo que la búsqueda conceptual en tal dirección puede resultar de un nivel de complejidad realmente alto.
Definición de algunos términos fundamentales
Trastornos fóbicos
Son aquellos trastornos de la ansiedad que se rigen por el carácter dominante del miedo en los mismos, como son los padecimientos del pánico, las fobias, la ansiedad flotante. Actualmente, las fobias, la ansiedad flotante, la agorafobia y la fobia social se clasifican como entidades nosológicas independientes, lo que puede deberse al poco desarrollo teórico en esta área.
Estrés Post-Traumático
El Estrés Post-Traumático requiere de un tratamiento especial, ya que si los demás trastornos psíquicos se definen por su sintomatología, tal tipo de estrés se define por sus causas externas. Además, la aceptación del Estrés Post-Traumático en cierto sentido es un regreso al concepto de trauma psíquico en la causalidad de determinados trastornos.
Como es sabido, la primera variante de terapia psíquica que desarrollaron Bleuler y Freud intentaba provocar la evocación y concientización del suceso psicotraumático para la eliminación de los síntomas, pues los mismos eran causados por el trauma psíquico.
El ulterior desarrollo del psicoanálisis condujo a una complejización de la teoría, con lo que el psicotráuma quedó delegado a los guiones de las películas de Hollywood. Con la aceptación en el 1980 del Estrés Post-Traumático como entidad nosológica, en cierto sentido retorna la conceptualización del psicotráuma como parte de la causalidad del trastorno psíquico, lo que requiere de una cuidadosa reelaboración conceptual.
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