Personalidad y Temperamento principios para su comprensión

José Gutiérrez Maldonado

Universidad de Barcelona, España

Personalidad y Temperamento son dos conceptos, que se relacionan con aspectos relativamente estables de la conducta.

Para el especialista en la materia, el concepto de personalidad engloba tanto la inteligencia como el temperamento. Pero el conjunto de fenómenos que engloba el concepto de personalidad no estuvo siempre claro, produciéndose desacuerdos entre los investigadores más relevantes.

La estabilidad de la conducta es puesta de manifiesto incluso por las teorías del estímulo-respuesta. Según las cuales aquella viene dada por los procesos de aprendizaje (incluyendo aquí los procesos de generalización a situaciones análogas a la de adquisición de la conducta). Pese a ello, tradicionalmente se ha atribuido al conductismo un punto de vista opuesto al de la estabilidad y la consistencia de la conducta.

El hábito se refiere a modos de conducta directamente enraizados en lo observable. Un nivel superior de abstracción viene dado por el concepto de rasgo. La agrupación de los hábitos da lugar a la construcción de una serie de propiedades disposicionales que son los rasgos; así, se dice que una persona es honesta (tiene el rasgo de honestidad) si en diferentes situaciones muestra modos de conducta relativamente estables (hábitos) que permiten calificarlo como tal.

Rasgos, Personalidad y Temperamento

Los rasgos deben diferenciarse de los estados por cuanto estos, pese a situarse en el mismo nivel de abstracción que los rasgos, se definen por su carácter temporal.

La distinción entre rasgos y estados se debe a Allport (1937), quien definió los estados como «situaciones temporales de la mente y el ánimo», aunque ya Marco Tulio Cicerón en el año 45 a. de C. distinguía entre estos dos conceptos: «No todos los hombres que están en algún momento ansiosos tienen un temperamento ansioso (…) al igual que existe una diferencia entre la intoxicación y la borrachera habitual (o entre) ser galante y estar enamorado».

Marco Tulio Cicerón

Tipos, Personalidad y Temperamento

Todavía a un nivel superior de abstracción al de los rasgos y los estados se encuentran los tipos. Estos fueron conceptualizados categóricamente por los griegos y Kant, pero que en la actualidad tienen un significado análogo al de los rasgos, aunque de mayor inclusividad.

Los rasgos corresponden a lo que en análisis factorial se denominan factores primarios y los tipos a factores secundarios, resultantes de las correlaciones observadas entre rasgos.

Los tipos básicos se remontan a la distinción que hizo Hipócrates, según el predominio de uno de los cuatro humores corporales, entre sanguíneos, flemáticos, coléricos y melancólicos. Wundt utilizó esta descripción clásica de los tipos de temperamento, pero no de manera categorial sino dimensional. Eysenck, además, aportaría procedimientos de medida de estas dimensiones. En la base de estas clasificaciones del temperamento se encuentran, por lo tanto, las referencias a características corporales. Entre los autores que han seguido esta tradición a lo largo de la historia se encuentran Porta (1540-1615); Sulzer (1720-1779); Lavater (1741-1861); Carus (1789-1869); y Gall (1758-1828), fundador de la frenología.

Constitución Personalidad y Temperamento

El tema de la relación entre las características corporales y el temperamento (Personalidad y Temperamento) ha sido abordado desde muchos años atrás. Eysenck (1970) ofrece una lista de los principales autores y de sus respectivas clasificaciones:

  • Hipócrates (430a.c.): Habitus apoplecticus-Habitus phitísicus.
  • Halle (1797): Abdominal-Muscular-Cefálico.
  • Rostan (1828): Digestivo-Muscular-Cerebral/respiratorio.
  • Walker (1852): Nutritivo-Locomotivo-Mental.
  • Carus (1852): Flemático-Atlético-Cerebral/Asténico.
  • Wells (1869): Vital-Motor-Mental.
  • Beneke (1878): Hiperplástico-Normal-Hipoplástico.
  • Huter (1888): Tipo comida-Tipo fuerza-Tipo sensación.
  • Virenius (1904): Conectivo-Muscular-Nervioso/epitelial.
  • Sigaud (1914): Digestivo-Muscular-Cerebral/respiratorio.
  • Stockard (1923): Lateral-Intermedio-Lineal.

Tipos Pícnico

Kretschmer (1921,1955), más recientemente, distinguió entre los tipos pícnico (tronco pequeño y encorvado, extremidades cortas, cabeza grande y redonda). Leptosomático (tronco y extremidades delgadas, rostro estrecho y puntiagudo, tendinoso) y atlético (tronco trapezoide, osamenta y musculatura pronunciadas, manos y pies grandes, rostro perfilado).

Tipos pícnico

Relacionó cada uno de estos tipos con la propensión a padecer determinados tipos de enfermedades mentales: (pícnicos con trastornos maniaco-depresivos, leptosomáticos con esquizofrenia y atléticos con epilepsia); por ello, asignó a los pícnicos un temperamento «ciclotímico», a los leptosomáticos «esquizotímico» y a los atléticos «viscoso». Se propuso incluso un índice para sustituir la categorización a ojo de la apariencia corporal por un criterio objetivo (índice de Wertheimer-Hesketh: longitud del esqueleto por 100 / perímetro por profundidad por altura torácica); o el índice de Piguet: altura-(peso+ perímetro torácico).

Sheldon Personalidad y Temperamento

Sheldon, formuló una nueva tipología, aunque equivalente a la de Kretschmer. En ella se diferenciaba entre endomorfos, ectomorfos y mesomorfos, atribuyéndoles respectivamente los temperamentos viscerotónico, cerebrotónico y somatotónico. Siendo los dos primeros análogos a los temperamentos ciclotímico y esquizotímico, respectivamente, y caracterizando al somatotónico por la tendencia al esfuerzo y a la actividad enérgica, al viscerotónico por la laxitud y la complaciencia y al cerebrotónico por las tendencias introvertidas e intelectuales. Los resultados de algunos estudios mostraron que la psicosis maniaco-depresiva se asociaba con el tipo endomorfo. La esquizofrenia con el ectomorfo y la paranoia con el mesomorfo (Eysenck, 1970).

William Herbert Sheldon

De todas las tipologías, las de Kretschmer y Sheldon han sido, sin duda, las más influyentes. Sheldon, en particular, tiene el interés de que introduce una concepción dimensional.

Considerando que el tipo corporal es el resultado de la influencia de los tres componentes en que se basa su clasificación, y utiliza una escala de 1 a 7 para describir la importancia de cada uno de estos componentes en la determinación de la constitución física total; así el tipo 711 corresponde a una persona con dominancia del componente endomorfo y ausencia de los componentes mesomorfo y ectomorfo. En teoría, por tanto, existen 343 posibilidades de combinación de estos componentes, aunque Sheldon informa que únicamente ha encontrado 76 en la realidad. Otros índices introducidos por Sheldon son el índice «d», que se refiere al grado de inconsistencia en la mezcla de los tres componentes básicos en diferentes regiones del cuerpo; el índice «q», que se refiere al grado en que una constitución física presenta rasgos asociados ordinariamente al sexo contrario; y el índice «t», que se refiere a variaciones textuales.

Diplomado en  Counseling Consejería Profesional
DIPLOMADO
COUNSELING CONSEJERÍA PROFESIONAL

Aprenda Habilidades en Consejería para Promover el Desarrollo y Bienestar Humano.

Inscríbase Ahora

Otros análisis de correlacionales

Otros investigadores, como Ekman, se interesaron por la posibilidad de reducir la tipología tridimensional de Sheldon a una bidimensional. Todos ellos llegaron, a partir de sus análisis de correlaciones, a la conclusión de que era posible reducir las dimensiones básicas a dos. Puesto que el tipo endomorfo y el mesomorfo no aparecían como factores independientes sino como manifestaciones opuestas de un mismo factor.

La línea de investigación en este campo, fundamentada en el análisis factorial de medidas corporales, se diferencia, por cuanto hace uso principalmente de datos empíricos, de la intuitiva y, en gran parte, subjetiva, de Sheldon y sus predecesores. Eysenck (1970) destaca en esta área de la antropometría a Spearman (1927).

Los factores más contrastados empíricamente permiten representar esquemáticamente el cuerpo humano como un rectángulo. Este esquema puede describirse a partir de las medidas de altura y anchura. Un índice que se deriva de estas medidas puede ser, por ejemplo, la multiplicación de la altura por la anchura.

Eysenck (1947) supuso que los introvertidos altos en neuroticismo (distímicos) deberían tener mayor tendencia al tipo endomorfo que los extrovertidos altos en neuroticismo (histéricos) y obtuvo resultados que coincidían con estas predicciones.

Los estudios sobre la relación entre constitución física y temperamento han proliferado, desde los inicios de las investigaciones sobre la Personalidad y el Temperamento. Una de las características de la evolución histórica de esos estudios, como de la psicología de la personalidad en general, ha sido el progresivo abandono de las concepciones categoriales y su sustitución por las dimensionales.

Teorías dimensionales de la personalidad

Los representantes más destacados de las teorías dimensionales de la personalidad han sido J.P. Guilford, R.B. Cattell y H.J. Eysenck. Tienen en común que ofrecen sistemas descriptivos generales de la personalidad basados en el análisis factorial. Es decir, que intentan detectar todos los ámbitos de la conducta y mostrar la estructura y dependencia recíproca de las dimensiones descritas. Les diferencia, no obstante, su mayor o menor tendencia a limitarse a un enfoque puramente empírico del problema o a recurrir a la formulación de teorías explicativas. Por tanto, a la proposición de mecanismos fundamentalmente biológicos de la personalidad.

Otros autores menos citados, pero que según Eysenck y Eysenck (1987) son los auténticos pioneros en este modo de hacer (los primeros en utilizar correlaciones para medir factores de personalidad, los primeros en utilizar tests objetivos de laboratorio, etc.) son Heymans y Wiersma, quienes ya en 1909 descubrieron dos factores equivalentes a los factores posteriormente establecidos por Eysenck de extroversión y neuroticismo.

Los trabajos de Heymans y Wiersma fueron continuados por la escuela de Spearman.

Cattell y la Personalidad

Los investigadores más relevantes de la ansiedad desde el enfoque de la Personalidad y el Temperamento son, sin duda, R.B. Cattell y H.J. Eysenck. El objetivo inicial de las investigaciones de Cattell sobre la ansiedad era dilucidar si este constructo tenía un carácter unidimensional o, por el contrario, multidimensional. Entre 1948 y 1960 se realizaron bajo su dirección una larga serie de trabajos en los que se tomaron, mediante pruebas objetivas aplicadas en grupos heterogéneos de personas, medidas de variables que tradicionalmente se habían considerado como indicadores de ansiedad (poca firmeza de la mano, incapacidad de mirar a los ojos a otras personas, sensación de vacio en el estómago, irritabilidad, tensión muscular, disminución de la concentración, elevada respuesta eléctrica de la piel, etc.). Las correlaciones entre estas medidas tendían a ser fuertes y positivas, y apuntaban hacia la existencia de un único factor de ansiedad.

Raymond Cattell

Otro foco de interés de R.B. Cattell y sus colaboradores fue ver cómo emergía la ansiedad a partir, no ya de medidas objetivas del comportamiento, sino del relato introspectivo que el sujeto da de sí mismo al responder un cuestionario. Entre los 16 factores de personalidad extraídos mediante cuestionario parecía haber varios cuyo contenido se asemejaba al concepto de ansiedad. Ello planteaba un problema, puesto que parecía una contradicción que entre las medidas objetivas apareciera un único factor de ansiedad mientras que entre los datos de autoinforme se extraían varios factores con ese mismo contenido. No obstante, al calcular las correlaciones entre estos factores primarios obtenidos en las medidas de autoinforme y analizarlas factorialmente sí que aparecía un solo factor de ansiedad.

Rasgo de personalidad

Esta manera de analizar la ansiedad correspondería a un concepto de la misma como rasgo de personalidad. Pero R.B. Cattell, además, estaba interesado en el estudio de la ansiedad como un estado fluctuante, que varía en la misma persona en diferentes momentos. Esta cuestión también fue explorada mediante la técnica del análisis factorial; ahora lo que había que correlacionar eran las medidas de ansiedad tomadas en las mismas personas en diferentes momentos. Si las diferentes medidas se refieren a un único constructo, entonces todas ellas deben variar de la misma manera a través de la serie cronológica. Esto fue exactamente lo que se encontró.

Según la distinción entre ansiedad, rasgo y ansiedad estado, la intensidad de la ansiedad experimentada por un individuo en un momento dado (estado de ansiedad) depende de la interacción entre el grado de estrés presente en la situación y la susceptibilidad del individuo a la ansiedad (rasgo de ansiedad). En consecuencia, el estado de ansiedad se ve afectado directamente por el estrés situacional, pero no ocurre lo mismo con el rasgo de ansiedad. Este es una predisposición estable (en el tiempo) y consistente (en situaciones similares), más relacionado con determinantes de tipo hereditario, especialmente con la constitución fisiológica del organismo.

Eysenck

Las dimensiones de neuroticismo (N) y extroversión (E) fueron establecidas a partir de evaluaciones que diferentes técnicos hicieron sobre 700 soldados con diagnóstico de neurosis durante la Segunda Guerra Mundial (Eysenck, 1947).

Hans Eysenck

El análisis factorial descubrió cuatro factores y los dos más importantes fueron denominados neuroticismo y extroversión. En trabajos posteriores se analizaron también personas normales y se utilizaron además cuestionarios y tests objetivos, extrayendo de nuevo los dos factores mencionados. La extroversión se caracteriza por rasgos como sociabilidad, búsqueda de animación, espontaneidad, tendencia al riesgo, impulsividad etc. En el polo opuesto, la introversión se caracteriza por introspección, planificación, cautela, autocontrol, etc.. Los altos en N por la labilidad emocional, trastornos somáticos propios de la ansiedad como el insomnio, dolor de espalda, cefálgias, preocupaciones, etc.; y los bajos en N por la estabilidad emocional, despreocupación, etc.

La base biológica del neuroticismo está en el cerebro visceral o sistema límbico (hipocampo, amígdala, cíngulo e hipotálamo).

El sistema límbico tiene conexiones con el tálamo, con la corteza cerebral y con la formación reticular. Las personas con puntuación alta en N se caracterizarían por umbrales bajos de excitación de las estructuras del sistema límbico, y las personas estables, en cambio, por umbrales altos; en consecuencia, los inestables necesitan menores intensidades de estimulación que los estables para provocar la activación de este sistema.

A nivel neuroanatómico, la estructura responsable de las diferencias en E es la formación reticular (más concretamente, el sistema reticular activador ascendente -SRAA-) cuyo umbral de excitación es menor en los introvertidos que en los extrovertidos; ello hace, por ejemplo, que los extrovertidos prefieran, en general, una mayor intensidad de estimulación que los y que su tolerancia a los estímulos dolorosos sea mayor.

El valor de la teoría de Eysenck

La contrastación experimental de la teoría de Eysenck ha dado lugar a una gran cantidad de investigaciones, sobre todo relacionadas con la dimensión de extroversión, en diferentes áreas. Así, se comparan extrovertidos e introvertidos en variables referentes a la influencia farmacológica como el umbral de sedación, el rendimiento en tareas de vigilancia (atención sostenida durante largos períodos de tiempo), la frecuencia crítica de fusión de destello (el intervalo entre destellos luminosos por debajo del cual éstos se perciben como uno solo).

Se comparan también en relación con el rendimiento en tareas motoras, estudiando tareas de «tapping» (rapidez y ritmo de pulsaciones sobre un panel) y tareas de seguimiento con el rotor de prosecución que permite observar los efectos de reminiscencia (en tareas motoras que generan fatiga). Los procesos eléctricos del cerebro han ocupado también a un elevado número de investigadores, buscando indicadores de la activación en parámetros como la amplitud alfa del electroencefalograma.

El estudio de la condicionabilidad es otra área muy investigada. Más cerca ya del ámbito de las variables sociales se encuentran también comparaciones entre extrovertidos e introvertidos en cuanto a comportamiento (Personalidad y Temperamento) delincuente, actitudes sociales y políticas, hábito de fumar y conducta sexual.

La teoría de Personalidad de Gray

Gray (1982) propuso una teoría de la personalidad semejante a la de Eysenck, puesto que también consideraba dos dimensiones básicas de personalidad. Pero las dimensiones de Gray corresponden a las diagonales del modelo de Eysenck.

Las dimensiones de Gray son Ansiedad e Impulsividad. Las personas altas en ansiedad en el modelo de Gray son aquellas que en el modelo de Eysenck puntúan alto en N y bajo en E, y las bajas en ansiedad son bajas en N y altas en E. Las personas muy impulsivas son altas en N y en E, y las poco impulsivas son bajas en N y en E. Es decir, las dimensiones más importantes de la personalidad corresponden, según Gray, a una rotación de 45º de los ejes del modelo de Eysenck. Esta nueva consideración de las dimensiones fundamentales de la personalidad permitía predecir mejor, argumentaba Gray, el resultado de algunos experimentos de aprendizaje animal y fisiología.

Jeffrey Gray

Pueden distinguirse dos etapas en la evolución de la teoría de Gray; una inicial muy cercana a Eysenck y otra más distanciada (Personalidad y Temperamento). Gray partió de la observación de que los barbitúricos y el alcohol tenían efectos similares a la extroversión, así como efectos específicos en estudios de aprendizaje, en particular en paradigmas de castigo y de extinción de conductas, que no se producían en paradigmas de reforzamiento positivo o evitación activa. Efectos análogos se observaban en las lesiones del hipocampo y del área septal medial. En consecuencia, supuso que las estructuras neuroanatómicas relacionadas con la extroversión eran, además del SRAA, las que forman el que denominó Sistema Septohipocámpico (SSH).

Reformulación de conceptos

Gray reformuló el concepto de introversión-extroversión como dimensión de susceptibilidad al castigo (a mayor introversión, mayor susceptibilidad al castigo), y el de neuroticismo como susceptibilidad a todo tipo de reforzamiento (tanto a la recompensa como al castigo). Por consiguiente, la mayor susceptibilidad al castigo debería darse en los individuos con alta introversión y alto neuroticismo, y la mayor susceptibilidad a la recompensa debía darse en los individuos con alta extroversión y alto neuroticismo.

Si en esta primera formulación la teoría de Gray mantenía los factores de E y N como dimensiones básicas, más adelante propuso las dimensiones de Ansiedad e Impulsividad como fundamento alternativo de la personalidad. Estas dimensiones se encontraban desviadas 45 grados con relación a las de Eysenck y se vinculaban con estructuras neuroanatómicas propias, así como con constructos hipotéticos de carácter psicológico: el Sistema de Inhibición Conductual (SIC) para la ansiedad y el Sistema de Activación Conductual (SAC) para la impulsividad. El SIC se pondría en marcha ante señales de castigo o de no recompensa y ante estímulos nuevos y ejercería su influencia en tres niveles: conductual, cognitivo y fisiológico, inhibiendo la conducta, incrementando la atención y aumentando la activación cortical. Algunas de estas funciones se han encontrado efectivamente en el SSH, y se supone que los fármacos ansiolíticos influyen sobre esta estructura disminuyendo su actividad.

Sistema de respuesta

En la base de la ansiedad se encuentra un sistema que responde a las señales de castigo o de falta de recompensa; y en la base de la impulsividad se encuentra un sistema que responde a las señales de recompensa. El primero de los sistemas mencionados se encarga de la inhibición de la conducta ante aquellos tipos de señales, así como de la activación del SNA. Ésta función corresponde al Sistema Septo-Hipocámpico (SSH). La susceptibilidad a la recompensa depende fisiológicamente del haz anteromedial cerebral y del hipotálamo lateral, que se encargan de las conductas de exploración.

Algunos estudios experimentales se ajustan mejor a la teoría de Gray, pero otros siguen respaldando la teoría de Eysenck respecto a la Personalidad y Temperamento. En realidad no son teorías contradictorias, sino complementarias, puesto que prestan atención a aspectos diferentes del comportamiento. La impulsividad, por ejemplo, predice mejor la condicionabilidad del sujeto que la extroversión; pero esta predice mejor que aquella algunos aspectos del comportamiento social.

Allport, G. W. (1937): Personality: A Psychological Interpretation. Nueva York: Holt, Rinehart y Winston.

American Psychiatric Association (APA) (1995): Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (4ª ed.). Barcelona: Masson.

Aronson, Th. A; Logue, C. (1988): Phenomenology of panic attacks: A descriptive study of panic disorder patients’ self-reports. Journal-of-Clinical-Psychiatry; Vol 49(1): 8-13.

Bados, A. (1995): Agorafobia. Barcelona. Paidos

Bados, A. (2000): Trastorno de ansiedad generalizada. Documento no publicado. Universidad de Barcelona

Bados, A. (2001): Tratamientos psicológicos eficaces para la agorafobia. Psicothema, vol 13, nº 3, 453-464

Báguena, M.J. (2001): Tratamientos psicológicos eficaces para el estrés postraumático.Psicothema, vol 13, nº 3, 479-492

Bandura, A. (1969): Principles of behaviour modification. Nueva York: Holt, Rinehart and Winston.

Beck, A. T. (1976): Cognitive therapy and emotional disorders. Madison, C. T.: International University Press.

Bond, W. N. (1984): Animal models in Psychopathology: An Introduction. En Bond, W. N. (ed.). Animals models in psychopathology. North Ryde: Academic Press Australia.

Botella, C. (2001): Tratamientos psicológicos eficaces para el trastorno de pánico.Psicothema, vol 13, nº 3, 465-478

Bower, G. H. (1981): Mood and memory. American Psychologist, 36. pp. 129-148

Capafons, A. (2001): Tratamientos psicológicos eficaces para la ansiedad generalizada.Psicothema, vol 13, nº 3, 442-446

Capafons, J.I. (2001): Tratamientos psicológicos eficaces para las fobias específicas.Psicothema, vol 13, nº 3, 447-452

Eysenck, H. J. (1947): Dimensions of Personality. Londres: Routledge y Kegan Paul.

Eysenck, H. J. (1957): A dynamic theory of anxiety and hysteriaJournal of Mental Science, 101. pp. 28-51.

Eysenck, H. J. (1967): Fundamentos biológicos de la personalidad. Barcelona: Fontanella

Eysenck, H. J. (1970): The Structure of Human Personality. Londres: Methuen and Co.

Eysenck, H. J. y Eysenck, M. W. (1987): Personalidad y Diferencias Individuales. Madrid: Pirámide.

Gray, J.A. (1982): The neuropsychology of anxiety. Nueva York: Oxford University Press

Heymans, G. y Wiersma, E. (1909): Beiträge zur speziellen Psychologie auf Grund einer Massentersuchung. Zeitschrift für Psychologie, 42. pp. 81-127.

Lang, P. J. (1968): A bio-informational theory of emotional imagery. Psychophysiology, 16. pp. 495-512.

Lidell, H. S. (1944): Emotional hazards in animals and man, Springfield: Charles C. Thomas

Maier, N. R. F. (1956): Frustration. Ann Arbor: University of Michigan PressMarks, I.M. (1969): Fears and Phobias. Londres: William Heineman.

Marks, I.M.. (1969): Fears and Phobias. Londres: William Heineman.

Masserman, J. H. (1943): Behavior and neurosis: An experimental psychoanalitic approach to psychobiologic principles. Chicago: University of Chicago Press.

O.M.S. (1992): CIE 10: Trastornos mentales y del comportamiento. Madrid: M editor

Pitts, F.N. y McClure, J.N. (1967): Lactate metabolism in anxiety neurosis. New England Journal of Medecine, 277, pp. 1328-1336

Spearman, C. (1927): The Abilities of Man. Londres: MacMillan.

Spielberger,-Charles-D (Ed) (1966): Anxiety and behavior. NY. Ac. Press

Torgersen, S. (1979): The nature and origin of common phobic fears. British Journal of Psychiatry, 134, 343-351.

Tous, J. M. (1986): Psicología de la Personalidad. Barcelona: PPU.

Vallejo, M.A. (2001): Tratamientos psicológicos eficaces para el trastornos obsesivo compulsivo. Psicothema, vol 13, nº 3, 419-227.

Watson, J. B. y Rayner, R. (1920): Conditioned emotional reactions. Journal of Experimental Psychology, 3, 1-14. Cambridge University Press.

Weinberg, Robert; Hunt, V. (1979): The interrelationships between anxiety, motor performance and electromyography. Journal-of-Motor-Behavior. Vol 8(3): 219-224.

Zuckerman, M. (1991): Psychobiology of Personality. Cambridge: Cambridge University Press. 

Citar:

Gutiérrez, J. (25 de abril de 2022). Personalidad y Temperamento principios para su comprensión. Instituto Salamanca. https://institutosalamanca.com/blog/personalidad-y-temperamento-principios-para-su-comprension

Este artículo es distribuido bajo licencia Creative Commons: 

Deja un comentario


Chat WhatsApp

logo Instituto Salamanca