La relación de pareja es uno de los vínculos más importantes. Es la relación con el otro, con quien se busca adaptar las necesidades internas, determinadas por múltiples factores. Entre los cuales se encuentran el tipo de vínculo que se fue desarrollando a través del trato y la relación con los padres durante la crianza y el acercamiento o distancia afectiva que desarrolló una base segura o una baja autoestima, generando necesidades inconscientes que posteriormente influirán en la elección de pareja. De manera, cada miembro de la pareja desarrolla el deseo de establecer un vínculo distinto al de la familia de origen y desde los primeros encuentros, establece una serie de expectativas y fantasías acerca de lo que espera de su pareja.
Aspectos que influyen en la elección de la pareja
Las experiencias de las situaciones conflictivas vividas en la familia de origen por cada miembro de la pareja, pueden ser reparadas a través del inicio de la nueva pareja en formación.
La pareja se va constituyendo a partir de la formación que recibe el individuo desde sus primeros años de edad. Los cuales van formando una imagen idealizada de su pareja, acerca de lo que desea o no de esta, de acuerdo a sus experiencias más tempranas.
Otro de los factores que influyen en la elección y formación de pareja, son los factores socioculturales. Estos determinan fuertemente los estereotipos idóneos y las expectativas de roles de cada uno de los miembros.
Dos aspectos que influyen en la elección de pareja son: La elección espontánea inconsciente y las determinaciones sociales. Ambas al conjugarse van delimitando cada miembro de la pareja quien será su pareja idónea, con quien podrá reestructurar y dar forma a sus expectativas en su relación con el otro.
Finalmente, es importante despertar una mayor consciencia en cuanto a las motivaciones que se tienen para comprometerse con el otro en una relación de pareja. De esta manera, se pretende que aun dentro de una sociedad globalizada. Los individuos se encuentren con la capacidad de aportar a las generaciones una crianza de base segura. Por lo tanto, parejas con una mayor estabilidad y madurez.
La elección en la relación de pareja de acuerdo a la teoría del vínculo
La necesidad humana más importante es la relación con el otro; en este sentido, cuando los seres humanos buscan a una pareja (relación de pareja), seleccionan a la persona que más se adapta a sus necesidades internas. Las cuales no necesariamente son conscientes. Estas necesidades están determinadas por un conjunto de factores que incluyen aspectos de tipo interno y externo
De acuerdo a Bowlby, J. (1993), los factores que determinan la relación son: el tipo de vínculo con el que los padres criaron a la persona. Si fue criado bajo una base segura, el sujeto buscará a una pareja que cumpla con esas características para satisfacer sus necesidades, esto es, a alguien que pueda proporcionarle una base segura, que lo ame en forma segura y que esté siempre junto a él. O por el contrario, Satir, V. (1999) hace afirma que una persona con una baja autoestima, suele presentar una sensación de ansiedad e inseguridad acerca de sí misma. Esto lesiona su autonomía, por lo que suele disponerse a sufrir desilusiones. Por lo tanto, le llevará a elegir a la pareja que pueda satisfacer sus más grandes esperanzas.
Por otro lado, existe un conjunto de factores importantes dentro del desarrollo del individuo. Como las relaciones con sus compañeros o pares, el tipo de clase social a que pertenece, las características idiosincrásicas del individuo. También las experiencias particulares que el sujeto haya tenido en relación con la búsqueda de pareja. Cyrulnik, B. (2004) expresa que, al formarse una pareja también surge al mismo tiempo el deseo de establecer un vínculo en un lugar distinto al de la familia de origen. Generando de esta manera una alianza de los estilos afectivos que la pareja realiza desde los primeros encuentros.
Vínculo con la familia de origen
Desde el punto de vista de la teoría Bowlby, J. (1993), observa que los novios comienzan a establecer el vínculo que tenían con la familia de origen. Estableciendo una serie de expectativas acerca de lo que desea o no de la pareja; sin embargo, como vienen de familias diferentes y distintas formaciones, tienen que adaptarse el uno al otro. Esta adaptación depende de quien tenga una necesidad de vínculo mayor y cederá dentro de los límites que tiene establecidos. Pese a que muchas veces, dichos límites no son conocidos conscientemente por el sujeto.
Una vez establecido el vínculo (relación de pareja), se toleran muchas más cosas de las que estaban originalmente dispuestos a tolerar; lo que de acuerdo a Minuchin, S. (1995) desde la Teoría sistémica; describe los límites como las reglas que definen a la familia de origen de cada miembro de quienes en el futuro formarán una pareja. Es decir, son reglas que le dan una identidad única a cada familia y por lo tanto a cada uno de sus miembros.
La elección de pareja
Pérez, C. (2006) hace una reflexión acerca de los motivos que se dan en la mutua atracción de la pareja (relación de pareja). La expresión emocional que lleva a dicha elección es el enamoramiento, definido como la fuerza o impulso que les lleva a encontrarse y convertirse en una persona especial y diferente a los demás. Este provoca un impacto emocional y un deseo incontenible, quedando toda la conducta alterada ante esa emoción. Los mecanismos que intervienen en la elección de pareja son: biológico, social y psicológico (mecanismos consientes e inconscientes). Los motivos inconscientes influyen en la atracción sexual y afectiva. Las situaciones conflictivas familiares de origen pueden ser reparadas en la constitución de una pareja en la que se puedan vivir nuevas perspectivas. Habiendo superado los miembros de la pareja, el posible resentimiento por los problemas vividos en la propia infancia.
La relación de pareja en las diversas etapas del ciclo vital
Uno de los eventos que más trascienden e influyen en la identidad del sí mismo de un ser humano se puede observar desde el momento mismo del nacimiento. En el momento que nace un niño regularmente la primera cuestión es acerca del sexo del recién nacido, aun antes de preguntar por el estado de salud. Pittman III, F. (1990), menciona que en el momento los padres proyectan un plan de vida para su hijo, lo idealizan y fantasean acerca de su futuro poniendo muchas expectativas acerca de lo que esperan de él; claro está que esto dependerá del tipo de familia en la cual nazca.
Por su parte, Minuchin, S. (1995) refiere que el sistema parental debe de adaptarse a factores que se presentan durante la socialización. Estas expectativas que los padres hacen respecto a sus hijos son importantes, porque durante la crianza cuidan que se cumplan. Hasta el punto de poder llegar a ser un conflicto cuando los padres perfeccionistas se esmeran para que se cumplan. De ahí que, los hijos van aprendiendo ciertas conductas y maneras de resolver los conflictos de acuerdo a las expectativas que los padres fueron depositando en cada hijo. Esto posteriormente en la vida adulta influirá en la elección en la relación de pareja.
Las relaciones en la niñez y adolescencia
Al crecer el niño comienza a independizarse, a socializar por medio de la comunicación. Satir, V (2002) afirma que, la comunicación es un elemento básico para el funcionamiento de la familia para expresar sus emociones, desarrollar su intimidad. Al igual que la manera en como se comunica con su medio; por lo que es de interés observar la manera en como las características particulares del niño interactúan con las de la madre, lo que puede provocar el rechazo o aceptación de ella y otro tipo de reacciones. Hasta aquí se puede notar cómo la construcción de la personalidad del niño está en función de él mismo y de su medioambiente, como el lugar que como hijo ocupa en la familia, su sexo y de la dinámica familiar en general. Posteriormente, será en el medioambiente escolar, siendo este el otro medioambiente de gran influencia en su desarrollo.
Al llegar a la adolescencia con antecedentes familiares, culturales y sociales aprendidos, se desenvuelve según el ambiente en el que haya crecido. En esta etapa de la vida es la que se empieza a escoger pareja, hay quienes opinan que escoger pareja es según la suerte que les toca, otros afirman que depende de la educación de cada uno, así como el modelo de pareja que el adolescente tenga en mente, puede ser que lo tenga claro o ser inconsciente.
La etapa del novizago
De esta manera se va construyendo la relación de noviazgo, siendo importante aclarar que el comportamiento a través de las diferentes etapas de la relación de pareja depende en buena parte de la etapa en que se encuentre. Una vez que se formaliza la relación o formalizan la relación, cambia su comportamiento de la manera como cada uno considera que debe comportarse, ahora como esposo o esposa. Esto puede llegar a ser un factor de conflicto en la relación de pareja, porque al casarse y modificarse los papeles debido al cambio social, se pueden dar conductas desconcertantes como esposos, y diferentes a cuando eran novios, lo que puede generar serios problemas en la relación.
El momento para iniciar una relación es muy variable, ya que hay adolescentes desde muy jóvenes buscan a su pareja y se casan, otras personas esperan hasta estar en condiciones sociales y económicas favorables pensando en un matrimonio exitoso y sin dudarlo al sentirse listo se casa. Sin embargo, en este momento de la vida no se lleva a cabo, el involucramiento emocional se puede ir modificando.
Conforme la persona va teniendo experiencia y madurando, reflexiona más antes de actuar o de tomar una decisión importante que pueda afectar el resto de su vida, por lo que cuando se relaciona con alguien lo mide con cuidado, lo observa, ve los pros y los contras, y a partir de eso piensa en tomar una decisión. Otro factor que se puede presentar es el ejemplo que aprendió de los padres, lo que pudo haber sido lo suficientemente desagradable que desiste de formalizar una relación, sumándose a esto el no haber tenido la oportunidad de conocer otra manera de relacionarse como pareja, sea de noviazgo o como esposos.
Premisas socioculturales
Díaz-Guerrero, R. (1999) en su estudio sistemático acerca de las premisas socioculturales llevadas a cabo en 1955, exploró principalmente dos aspectos; por un lado, el de las premisas histórico-socioculturales de la familia mexicana y por el otro, el de la filosofía sociocultural del estilo de confrontación. De acuerdo al tema concerniente a la investigación, acerca de la formación de la pareja mexicana, la estructura de la familia mexicana se basa en dos proposiciones fundamentales: la supremacía del padre y el necesario y absoluto autosacrificio de la madre. Si bien es cierto que actualmente es una estructura que se ha modificado dados los cambios tecnológicos y sociales, aún es un aspecto sociocultural que influye en la formación de la pareja de México y otros países latinoamericanos.
El matrimonio
De acuerdo a Vargas, J. & Ibáñez, J. (2006), mencionan que el éxito de un matrimonio depende de varios factores; uno de ellos es haber escogido adecuadamente a la pareja, esto es, que tenga gustos, defectos, proyectos de vida y educación afines. Otro factor son las habilidades de negociación para encontrar soluciones a los conflictos en la relación de pareja; otro elemento es haber tomado la decisión a partir de razones válidas como el grado de involucramiento emocional, en las parejas jóvenes es frecuente que los recién casados vivan con una de las familias de origen, esta ocasiona que se puedan tomar atribuciones, involucrándose emocionalmente, lo que con frecuencia desencadena conflictos en las relaciones de pareja y de familia.
Los hijos
El nacimiento del primer hijo es uno de los factores que influye en que la relación se transforme. Al nacer el primer hijo, el matrimonio se identifica como una familia diferente e independiente de las familias de origen, comenzando a establecerse fronteras más definidas entre la familia nuclear y la familia de origen.
Sin embargo, las relaciones de pareja se modifican, pudiendo ocasionar serios conflictos a partir de determinadas circunstancias a lo largo del ciclo de vida. Uno de ellos es que antes de la llegada de los hijos estaban entregados y vivían el uno al otro y al llegar el hijo tendrán que ocuparse de él, ocasionando distanciamiento entre la pareja. Si la pareja no hace los cambios y adaptaciones necesarias, se generarán otros tipos de problemas, debido a que el recién nacido, demanda muchas actividades alrededor de él, lo que hace que se integre a los conflictos de la pareja, lo que puede generar el inicio de una triangulación.
Uno de los momentos de mayor dificultad en la relación de pareja es durante la adolescencia de los hijos, debido a que estos comienzan a relacionarse con grupos externos a la familia, dando inicio a la independencia. Durante esta etapa, cuando la madre es muy posesiva, pone todas sus expectativas significativas en el hijo, puede convertirse en una madre manipuladora tratando de no perder el control sobre el hijo, sin embargo, el impacto más fuerte se da cuando el hijo se desprende del núcleo familiar para casarse, para trabajar o salir para estudiar. Entonces el rol que había desarrollado como hijo mayor puede pasar al siguiente hijo o hija.
La vejez
Con la salida de los hijos, la dinámica familiar cambia. Las discusiones se vuelven nuevamente hacía la pareja; se sienten lo suficientemente viejos como para divorciarse y emprender la búsqueda de una nueva pareja, por lo que terminan aguantándose y tolerando a su cónyuge. Al final se dan cuenta de que el matrimonio es una excelente forma establecida de reproducirse y de estabilidad social y económica, pero con muchas desventajas, debido a la rutina y a las actividades que han sido llevadas por obligación.
La vejez es la última etapa del ciclo vital de la pareja, si durante las etapas anteriores mantuvieron una relación estable y se pudieron ir adaptando a los procesos de la evolución de la pareja y familia, la convicción de cuidarse mutuamente es mayor durante esta etapa de la vida; por otro lado, también puede darse que la manera de relacionarse les es tan conocida que ya saben la manera de pelearse, de cómo pueden insultarse y hasta cómo pueden molestarse. De acuerdo a los problemas económicos que presente la pareja durante la vejez, los abuelos viven en la casa de los hijos y se integran a la dinámica familiar de la siguiente generación.
El matrimonio es claramente frágil y propenso a la crisis. La gente se casa con esquemas y expectativas basadas en su experiencia anterior, en la propia familia, por lo general de la de sus propios padres, si este era abiertamente conflictivo, es probable que ninguno de ellos haya sido lo bastante objetivo como para dar a sus hijos indicaciones útiles acerca de qué es lo que funciona y qué es lo que no funciona.
Familia reconstituida
Si los padres se casaron varias veces, los hijos han aprendido algo sobre la transitoriedad de las relaciones e incluso han detectado algunas señales acerca de lo que es lo que deben evitar. Los hijos de familias divorciadas parecen más propensos al divorcio, quizás no han aprendido cómo solucionar los problemas maritales, pero sí cómo escapar de ellos.
El matrimonio es tanto más propenso a la crisis cuanto menos flexible es, esto se da cuando dos personas rígidamente diferenciadas por su sexo, cuando depende de que el romance mantenga invariable su altura emocional, o cuando no hay una red de relaciones funcionales y emocionales que sirvan de apoyo al matrimonio para reforzarlo y darles a las personas la capacidad de cambio o de adaptación en la relación de pareja.
Aspectos que influyen en la formación y relación de la pareja
Durante las entrevistas efectuadas con parejas, he observado la influencia que ejercen las experiencias significativas aprendidas en la familia de origen de los miembros de la pareja. Durante su discurso, se presentan pobres aportaciones acerca de la motivación de la atracción inicial acerca de la mutua atracción inconsciente respecto a su atracción inicial. Lemaire, J. (2013) aporta dos puntos de vista:
La elección espontánea e inconsciente
Cada miembro de la pareja tiene un mito y actitud respecto a su elección inicial. Sin embargo, hay otros posibles entendimientos, es decir, entender el discurso completo y espontáneo de la pareja, permite entender mucho tanto en sus aspectos positivos como negativos. De acuerdo a Lemaire, “el oído analítico comprenderá la expectativa implícita de cada sujeto en el momento de su elección, y contra qué se protegía sin darse cuenta al “preferir” espontáneamente al compañero elegido, antes de todo esfuerzo inconsciente y de todo esfuerzo racional” (pág. 45).
Las determinaciones sociales
Desde el punto de vista social, Lamaire, J. (2013), se refiere al estudio del sociólogo Alain Girard, quien considera la influencia de la globalización, los acercamientos más frecuentes entre los jóvenes de uno y otro sexo y su mayor libertad de relaciones, no hacen que la elección de la pareja sea circunstancial, por lo que las posibilidades de elección están muy limitadas.
Conclusiones
En la actualidad, cuando se piensa en una pareja, lo primero que se piensa es la unión de un hombre y una mujer, sin embargo, es un tema que, en este tiempo de globalización, ha sido muy manipulado con nuevas concepciones del significado de una relación de pareja. Pueden estar presentes diversos factores durante la elección y la formación de la pareja, como el aspecto social, físico, biológico; y aún más las motivaciones inconscientes y las determinaciones sociales que le llevan a elegirse mutuamente.
Bowlby, J. (1993). El vínculo afectivo. Nueva York: Editorial Paidós
Cyrulnik, B. (2004). El amor que nos cura. Argentina: Gedisa Editorial
Díaz-Guerrero, R. (1999). Psicología del mexicano. México: Editorial Trillas
Lemaire, J. (2013). La pareja humana: su vida, su muerte. México: Fondo de Cultura Económica
Minuchin, S. (1995). Familias y terapia familiar. España: Gedisa Editorial
Pérez, C. (2006). Parejas en conflicto. España: Paidós.
Pittman III, F. (1990). Momentos decisivos. España: Paidós
Satir, V. (1999). Psicoterapia familiar conjunta. México: La Prensa Médica Mexicana, S. A.
Satir, V. (2002). Terapia familiar paso a paso. México: Editorial Pax México
Vargas, J. & Ibáñez, J (2006). Solucionando los problemas de la pareja y familia. México: Editorial Pax México (pag 9-14)