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Psicodiabetes y salud pública

psicodiabetes

María I. Jiménez Chafey
Universidad de Puerto Rico, Puerto Rico

Mariel Dávila
Universidad Carlos Albizu, Puerto Rico


Psicodiabetes centra su atención en el diagnóstico y tratamiento de desórdenes psicológicos en las personas con diabetes. La diabetes en la niñez y la adolescencia y su psicología, es un tema de estudio abarcador. Difiere en muchos aspectos de la experiencia en adultos, por lo cual este capítulo se limitará a presentar la diabetes en adultos.

La diabetes mellitus es un problema serio de salud cuya prevalencia es alta y la cual parece estar en continuo aumento. Se estima que en el 2000 la prevalencia mundial de diabetes fue de 2.8 %. Se calcula que para el 2030, esa cifra se va a duplicar (Wild et al., 2004). Estas cifras muy probablemente subestiman la prevalencia de diabetes porque aproximadamente el 50 % de las personas que tienen diabetes no lo saben (International Diabetes Federation, 2005).

En los Estados Unidos la prevalencia de diabetes es de 7.0 %, siendo el tercer país con mayor prevalencia luego de India y China (Wild et al., 2004).

Estudios de prevalencia reflejan que los latinos sufren una prevalencia mayor de diabetes que la población general de Norte América (Harris, 1991; McBean, Li, Gilbertson & Collins, 2004). En la población mexicano-americana y puertorriqueña, la diabetes es hasta dos a tres veces más común (Flegal et al., 1991). Para el año 2000, en Latinoamérica y el Caribe se estimó que sobre 19 millones de personas padecen de diabetes (Organización Panamericana de Salud, 2001).

Psicodiabetes y salud

La diabetes se ha convertido en un problema serio de salud pública. Va en aumento tanto en la población de edad avanzada como en niños y adolescentes. Como en toda enfermedad física, el estado psicológico de la persona frecuentemente influye en el desarrollo, manejo y transcurso de la enfermedad. Esto es cierto más aún para la diabetes, puesto que esta requiere que el paciente realice múltiples tareas de autocuidado diariamente. Las tareas dependen del conocimiento y la motivación del paciente a realizarlas. En cambio, el no ejecutarlas puede llevar al paciente a sufrir complicaciones médicas, lo cual puede ocasionar sentimientos de culpa y temor. Ciertamente, el padecer de una enfermedad crónica como lo es la diabetes puede aumentar el estrés psicológico que experimentan las personas que la padecen. A su vez aumenta el riesgo de sufrir algún trastorno mental como la depresión.

Diabetes Mellitus

La diabetes mellitus es una condición crónica en la cual el cuerpo no produce insulina o no la utiliza apropiadamente. Dando como resultado hiperglucemia o exceso de glucosa en la sangre (Organización Panamericana de Salud, 2001). La insulina es una proteína producida por el páncreas que ayuda al cuerpo a emplear o almacenar la glucosa de la comida. La insulina transforma el azúcar, el almidón y otros compuestos orgánicos provenientes de la comida en la energía necesaria para el funcionamiento del cuerpo. Si la glucosa no puede entrar a las células y tejidos que la necesitan, se acumula en la sangre y produce una serie de efectos negativos en el cuerpo. Aunque no hay una causa identificada para la diabetes, ambos factores genéticos y ambientales, tales como los genes DR-3 y DR-4, obesidad y falta de ejercicio, respectivamente, aparentan contribuir al desarrollo de la misma.

Complicaciones. Las complicaciones que pueden surgir como consecuencia de padecer diabetes pueden ser agudas y crónicas o a largo plazo (American Diabetes Association, 2002). Las complicaciones agudas son hiperglucemia, hipoglucemia y cetoacidósis diabética. La hipoglucemia ocurre cuando hay muy poca glucosa en la sangre, lo cual puede ocurrir por exceso de insulina, insuficiente comida, o ejercicio excesivo. Los síntomas físicos incluyen: temblor, mareo, aumento en pulso, palpitaciones cardiacas, sudoración y hasta convulsiones en casos severos.

Algunos síntomas asociados a la respuesta del cerebro a la falta de glucosa son:

  • Disturbios visuales
  • Hambre excesiva
  • Dolor de cabeza
  • Dolores estomacales, desorientación, dificultad en la concentración y letargo.

Si no se trata con rapidez, la hipoglucemia puede ocasionar un estado de inconsciencia.

Hiperglucemia

La hiperglucemia es una complicación común, causada por falta de insulina o ingestión excesiva de alimentos. Algunos síntomas de la hiperglucemia son letargo, sed, poliuria y visión borrosa. La hiperglucemia crónica puede incurrir en cetoacidósis diabética, la complicación aguda más seria. La cetoacidósis diabética es una deficiencia relativa o absoluta de insulina junto a una elevación en hormonas de estrés que, en cambio, aumentan los niveles de glucosa en la sangre. Algunos síntomas de cetoacidósis son poliuria, polidipsia, pérdida de peso, náuseas, vómitos, fatiga, letargo, debilidad, deshidratación e hiperventilación. La cetoacidósis requiere hospitalización y tratamiento intensivo de supervisión médica continua. El paciente puede estar despierto, soñoliento o alcanzar un estado comatoso. La complicación más seria del tratamiento que puede ocurrir es el edema cerebral y otros insultos al sistema nervioso central.

Las complicaciones a largo plazo o crónicas aumentan severamente dependiendo del nivel de control de glucosa que la persona ha mantenido a través de su enfermedad. Las complicaciones a largo plazo más comunes son la retinopatía (problemas visuales), la nefropatía (daño o fallo renal), neuropatía y enfermedad cardiovasculares. De igual modo, las amputaciones, las enfermedades dentales, las complicaciones en el embarazo y la disfunción sexual son complicaciones relacionadas con el diagnóstico de diabetes.

Tipos de diabetes

Actualmente, la diabetes se clasifica en tres categorías: tipo 1, tipo 2 y diabetes gestacional (International Diabetes Federation, 2005). La diabetes mellitus tipo I (DMT1), conocida también como diabetes mellitus insulinodependiente o diabetes juvenil, se debe al daño a las células betas en el páncreas. Lo que ocasiona una deficiencia absoluta de insulina. Este tipo de diabetes por lo general se diagnostica antes de los 40 años de edad. Aproximadamente entre 5 y 10 % de los casos de diabetes son de este tipo.

Por otro lado, la diabetes mellitus tipo 2 (DMT2) y la diabetes gestacional se deben primordialmente a una deficiencia relativa de insulina. Causada por una resistencia a la insulina, lo cual ocasiona una secreción inadecuada de esta para compensar por esta resistencia. La DMT2 por lo general se diagnostica en la adultez. Aunque se está comenzando a diagnosticar con mayor frecuencia en niños y adolescentes (Organización Panamericana de Salud, 2001).

Algunos factores asociados a la DMT2 son: edad avanzada, obesidad, estilo de vida sedentario e historial familiar de diabetes. La diabetes gestacional se diagnostica durante el embarazo y por lo general se resuelve luego del alumbramiento. Sin embargo, las mujeres con diabetes gestacional tienen una mayor probabilidad de padecer de DMT2 más adelante en sus vidas.

Tratamiento de la de diabetes

Actualmente, no hay una cura para la diabetes, pero sí existen tratamientos para controlar los niveles de glucosa en la sangre. El tratamiento diario para los tres tipos de diabetes consiste en medicamentos, un plan de alimentación y de ejercicio o actividad física. También automonitoreo de glucosa en sangre (American Diabetes Association, 2002). En la DMT1, la persona requiere de inyecciones diarias de insulina o de una bomba de infusión de insulina.

Las personas con DMT2 por lo general toman medicamentos orales. Aunque en algunas ocasiones pueden controlar la glucosa en la sangre mediante ajustes en la dieta y el ejercicio. Hay algunos pacientes de DMT2 que pueden llegar a requerir de inyecciones de insulina. En adición, los pacientes de diabetes deben de realizarse exámenes de laboratorio varias veces al año. También deben asistir a varias visitas anuales con diferentes profesionales de la salud como el endocrinólogo, nutricionista, educador en diabetes, entre otros.

Impacto psicológico de la diabetes

El diagnóstico inicial de diabetes puede tener un impacto significativo emocional en la persona que lo recibe. Su reacción muchas veces se va a ver afectada por múltiples variables como su personalidad, como se presenta la información, el historial familiar de diabetes, y mitos o información contradictoria que tiene la persona acerca de la diabetes (Edelwich & Brodsky, 1998).

Las reacciones iniciales también tienden a diferir según el tipo de diabetes. Las personas con DMT1 por lo general son diagnosticadas por una crisis médica (Ej. cetoacidósis). Esto tiene un impacto significativo en términos de la percepción de su salud y la urgencia con que se tiene que comenzar el tratamiento.

La DMT2 por lo general se diagnostica en visitas al médico rutinarias, o por quejas somáticas (ej. cansancio, visión borrosa, entre otras). La percepción del paciente sobre la seriedad del diagnóstico puede ser menor por la menor severidad de los síntomas y el tratamiento menos invasivo (ej. inyecciones de insulina vs. medicamentos).

Por ende, la forma en que los profesionales de la salud comunican el diagnóstico de diabetes va a ser bien importante para facilitar la aceptación del paciente. También para minimizar el riesgo de que el paciente active mecanismos de defensa como la negación o la minimización de la seriedad del diagnóstico. Se ha comprobado y ya es de conocimiento popular que el estrés interfiere con el aprendizaje. Por dicha razón, es relevante ayudar al paciente a manejar adecuadamente el impacto emocional del diagnóstico. Tarea en la que la Psicodiabetes juega un papel importante. Para poder comenzar con la educación en diabetes que va a requerir el paciente para manejar su condición.

El papel del autocuidado

Se estima que más del 95 % de cuidado de la diabetes es responsabilidad del paciente. Puesto que constantemente a lo largo de un día el paciente debe realizar tareas de autocuidado. O tomar decisiones relevantes al cuidado de la diabetes. Este nivel de intensidad de tratamiento ha llevado a muchos investigadores a cuestionarse cuál es el impacto psicológico de la diabetes en la persona que la padece, y cómo se afecta la calidad de vida.

Algunos de los factores que podrían tener un impacto psicológico y afectar la calidad de vida del paciente de diabetes son:

  • La complejidad e intensidad de las tareas de autocuidado.
  • Interferencia de las mismas en la vida cotidiana.
  • El miedo a las complicaciones.
  • Los síntomas de hiperglucemia (ej. cansancio, letargo, sed) e hipoglucemia (ej. mareo, taquicardia, irritabilidad, temblor) que pueden afectar el funcionamiento psicosocial y ocupacional (Rubin, 2000).

Las investigaciones (Psicodiabetes) que comparan la calidad de vida reportada por adultos con diabetes y la población en general, en su mayoría demuestran que adultos con diabetes por lo general reportan peor calidad de vida (Rubin, 2000).

Por otro lado, se ha encontrado que una mejor calidad de vida en adultos con diabetes está asociada con mayor apoyo social, autoeficacia, y actividad física. También con la ausencia de complicaciones de salud y trastornos psiquiátricos (Delamater, 2000).

Diabetes y estrés

La diabetes puede representar un estrés psicosocial que predispone a las personas con diabetes a presentar desórdenes psicológicos, como la depresión, o particularmente a largo plazo, la “quemazón” con relación a la diabetes. Más adelante se discutirá en el marco de la Psicodiabetes, los desórdenes psicológicos en los pacientes con diabetes.

La quemazón es un término que usa Polonsky (1999) en su libro para explicar algunas características en común que pueden presentar los pacientes de diabetes. Se presentan cuando se sienten abrumadas o sobrecargadas por la enfermedad. Frustradas por la carga del autocuidado, y que pueden comenzar a interferir con el cuidado y el control de la diabetes.

Algunas de las características más comunes de quemazón en un paciente de diabetes son:

  • Preocuparse porque no se está cuidando lo suficientemente bien.
  • Reconocer que el cuidado es importante para su salud, pero no tener la motivación para hacerlo.
  • Dejar algunos aspectos del cuidado (ej. se monitorea menos, no asiste a citas regulares con el médico, descuida la dieta).
  • Sentirse con coraje y frustración hacia la diabetes.
  • Sentir que la diabetes está controlando su vida y decirse a sí mismo que el manejo no es tan importante o que no va a hacer diferencia en el futuro.

Por esto, el apoyo psicológico al paciente de diabetes a lo largo de su enfermedad es importante para prevenir o minimizar el impacto que puede la quemazón en su salud y bienestar. La Psicodiabetes aporta herramientas en estos aspectos.

Psicología y diabetes

En las últimas décadas, se han realizado varias investigaciones que han comprobado que el mantener los niveles de glucosa en normales previene o retrasa la aparición de las complicaciones asociadas a la diabetes (Diabetes Control and Complications Trial Research Group, 1993).

Las investigaciones han reforzado la necesidad de que los pacientes de diabetes mantengan los niveles de glucosa dentro de los parámetros recomendados mediante un tratamiento más intensivo.

El tratamiento intensivo para la diabetes consiste en un mayor número de inyecciones diarias de insulina (3-5 veces). También de pruebas de glucosa en sangre (4-8 veces), junto con un seguimiento médico más frecuente del paciente y su tratamiento (DCCT, 1993). Por ende, las expectativas en cuanto a tareas de autocuidado y educación en diabetes aumentan para los pacientes. A su vez, este tratamiento intensivo requiere que los profesionales de la salud inviertan mayor tiempo y esfuerzo en educar y ofrecer seguimiento al paciente.

Empoderamiento del paciente

De igual forma, el modelo de cuidado de la diabetes ha cambiado a ser uno más enfocado en el empoderamiento del paciente. Menos basado en el modelo médico tradicional donde el médico receta y el paciente cumple con el tratamiento (Anderson et al., 2000). Este cambio en el modelo de tratamiento responde a hallazgos de investigaciones en Psicodiabetes y de la experiencia clínica de los profesionales de la salud que trabajan con personas con diabetes.

El régimen de tratamiento de control intensivo de la diabetes, que luego del DCCT se ha convertido en el estándar de tratamiento, requiere mayores esfuerzos y cambios de conducta de parte del paciente. Además, tanto investigaciones como la experiencia clínica han revelado que el tener conocimiento sobre la diabetes no es suficiente para producir cambios de conducta en los pacientes y aumentar el cumplimiento con el tratamiento. La Psicodiabetes ha evidenciado que existen otras variables mediadoras que influyen grandemente en el cumplimiento de la persona con diabetes con su tratamiento.

Psicodiabetes, variables asociadas al cuidado de la diabetes

Múltiples variables individuales se han identificado como asociadas al cumplimiento con el tratamiento o automanejo de la diabetes (Gatchel & Oordt, 2003; Glasgow et al., 1999; Gonder-Frederick, Cox & Ritterband, 2002; Williams, McGregor, Zeldman, Freedman & Decci, 2004). Entre las más citadas en la literatura están:

  • El conocimiento y las destrezas asociadas al manejo de la diabetes.
  • La autoeficacia específica a la diabetes.
  • El locus de control interno.
  • Las creencias acerca de la salud.
  • El bienestar emocional, la motivación, la disposición hacia el cambio.
  • Los estilos de afrontamiento al estrés (tanto fisiológicos como conductuales y cognitivos).

Por otro lado, algunas de las barreras principales que enfrentan los pacientes en el cumplimiento con el tratamiento son la falta de educación y destrezas en el manejo de la diabetes. La complejidad e inconveniencia del tratamiento es otra barrera. Lo que dificulta que se mantenga por largos periodos de tiempo, la falta de refuerzos inmediatos visibles en el cumplimiento con el tratamiento (ej. prevención de complicaciones a largo plazo), la falta de comunicación efectiva con los profesionales de salud y los altos costos del cuidado de la diabetes (Gatchel & Oordt, 2003; Gonder-Frederick, Cox & Ritterband, 2002).

Psicodiabetes ha evidenciado que existen variables sociales y ambientales que se han asociado al automanejo de la diabetes. Hay algunos estudios que sugieren que el apoyo familiar tiene un impacto en la diabetes. El rol de la familia en el automanejo de la diabetes no ha recibido mucha atención. Esto sugiere la necesidad de investigación en esta área desde la Psicodiabetes. Particularmente debido al hecho de que en muchas culturas como la Latinoamericana, la familia tanto nuclear como extendida se involucra más en la vida cotidiana del paciente que en culturas como la Anglosajona.

Educación y diabetes

Existe multiplicidad de factores que influyen en el control de la diabetes y las conductas de autocuidado que realizan las personas con diabetes. La Psicodiabetes ha empezado a reconocer en el campo de la salud que los programas de educación en diabetes deben de ser re-conceptualizados como programas de entrenamiento en el automanejo de la diabetes. Se entiende que el paciente es quien tiene el rol principal en el control de su diabetes. Los profesionales de la salud son consultores y colaboradores (Anderson et al., 2000; Glasgow et al., 2001).

El propósito principal de los programas de entrenamiento en automanejo de la diabetes, en especial desde la Psicodiabetes, es maximizar el conocimiento sobre el automanejo de la diabetes. También en las destrezas, la autoconciencia y el sentido de autonomía y confianza en el paciente para que este pueda hacerse cargo de su diabetes. Las metas para el cuidado de la diabetes las establece el paciente en consultoría con el profesional de la salud. Están basadas en las características, fortalezas y debilidades individuales del paciente.

Estudios han revelado una asociación positiva entre la participación del paciente en el diseño de su plan de tratamiento y las conductas de autocuidado de la diabetes (Anderson et al., 2000; Glasgow et al., 1999).

El rol del psicólogo

Este reconocimiento del rol importante de las actitudes y la conducta del paciente en el cuidado de la diabetes hacen que se empiece a dar valor a las ciencias de la conducta y la psicología en el cuidado de la diabetes, Psicodiabetes.

Más allá del psicólogo como consultor externo al que se refieren los pacientes que están teniendo dificultades emocionales o conductuales o se sospecha un trastorno mental, el psicólogo se comienza a visualizar como un profesional de la salud relevante en el equipo multidisciplinario que atiende personas con diabetes.

Aun cuando la comunidad científica y los profesionales de la salud han aceptado la importancia de la psicología en el tratamiento de la diabetes, todavía la posición del psicólogo no ha sido integrada activamente como parte del equipo de tratamiento primario del paciente con diabetes (Psicodiabetes) en muchas clínicas y hospitales.

Ámbito médico

Se recomienda que las intervenciones del psicólogo se realicen en el ámbito médico, ya sea la oficina o clínica donde ejerce el médico especialista en diabetes por múltiples razones (Glasgow & Eakin, 2000). Entre ellas, la principal, es que los pacientes no son consistentes en el seguimiento a los referidos que reciben para servicios psicológicos (enfocados en Psicodiabetes), ya sea por el costo, la falta de conocimiento sobre la naturaleza de los servicios, la inconveniencia de tener una cita adicional, y el estigma asociado a visitar a un profesional de la salud mental.

No obstante, los pacientes tienen visitas regulares con su médico y otros profesionales de la salud. Por lo tanto, la oficina o la clínica es el lugar idóneo para efectuar intervenciones conductuales. Esto porque el paciente está familiarizado con el sitio donde se puede intervenir con un número mayor de pacientes con diabetes.

El médico ofrece credibilidad y apoyo al referido al psicólogo, y los pacientes están en mayor disposición a escuchar y aprender.

Glasgow y Eakin (2000) en su revisión de literatura sobre intervenciones conductuales y de consejería basadas en la oficina del médico sugieren que estas intervenciones aparentan ser muy efectivas con la mayoría de los pacientes de diabetes.

Por otro lado, muchos médicos aún no reconocen la importancia y la efectividad de las intervenciones psicosociales (Psicodiabetes) con esta población. Se resisten a realizar referidos y apoyar los esfuerzos en esta área.

Los profesionales de la salud (dietistas, enfermeras, educadores) frecuentemente no se sienten cómodos realizando consejería e intervenciones conductuales por la falta de entrenamiento en esa área (Psicodiabetes). Por dicha razón, los psicólogos deben de ser parte integral del equipo multidisciplinario que trabaja con el paciente con diabetes para servir tanto de apoyo a los pacientes, como al los profesionales que trabajan con ellos.

Variables de intervención

El psicólogo puede intervenir con los principios de la Psicodiabetes en el continuo de cuidado de un paciente, prestando atención a múltiples áreas como:

  • Manejo y aceptación del diagnóstico.
  • Manejo de las complicaciones.
  • Establecimiento de metas apropiadas y alcanzables.
  • Factores culturales, educativos, económicos.
  • Estilo de vida que influyen en el manejo de la diabetes.
  • Identificación y manejo de conductas de alto riesgo (uso de tabaco, alcohol, control de natalidad).
  • Manejo de dificultades en la adherencia con el tratamiento.
  • Cernimiento para desórdenes mentales y su tratamiento (Gatchel & Oordt, 2003).

El psicólogo además puede servir de consultor y adiestrador al personal clínico en asuntos relacionados con la consejería, en la modificación de conducta y en el cernimiento para desórdenes mentales. Así como también puede ayudar a adecuar las intervenciones del personal al modelo de apoderamiento del paciente, tomando en consideración las variables mencionadas como barreras o facilitadoras en el automanejo de la diabetes (Psicodiabetes).

Aun cuando el psicólogo no ha sido integrado como parte formal del equipo multidisciplinario que atiende pacientes de diabetes en las clínicas especializadas, hay varias formas en que el psicólogo puede ayudar en la integración de la psicología al cuidado primario de esta población (Feifer & Tansman, 1999).

La primera es crear visibilidad. Hacer contacto con médicos, clínicas, hospitales y asociaciones de diabetes. Dándose a conocer y ofreciendo sus servicios como profesionales adiestrados en el manejo de la diabetes.

Es importante definir lo que es el trabajo en equipo con los médicos y otros profesionales con relación a los referidos. Para esto, es relevante decidir cómo se va a dar el flujo de información con relación al paciente. De manera que garantice la confidencialidad y a su vez, ayude en el manejo del paciente. Un modelo de consultoría desde la Psicodiabetes es útil para tomar estas decisiones.

Psicodiabetes, ajuste de las intervenciones

Otras sugerencias útiles para tomar en consideración cuando se está trabajando en un ámbito médico son ajustar las intervenciones para hacerlas más compatibles con las del ámbito médico. Haciéndolas más cortas e integradas al flujo de la clínica. También tener en consideración un punto de vista y entrenamiento de los profesionales de la salud que muchas veces tiende a ser bien diferente al de los psicólogos (Glasgow & Eakin, 2000).

Por último, los psicólogos deben de proveer evidencia del beneficio de la psicología en el cuidado de la diabetes, lo cual se puede hacer a través de investigaciones que documentan los resultados de las intervenciones psicosociales.

Tratamiento para los desórdenes psicológicos relacionados con la diabetes

Los tratamientos basados en evidencia empírica más utilizados para tratar la depresión, ansiedad y los trastornos alimentarios tanto en personas con y sin diabetes son los medicamentos antidepresivos y las psicoterapias cognitivo-conductual e interpersonal (Nathan & Gorman, 1998).

Es solo en los últimos 10 años, desde la Psicodiabetes, se ha comenzado a estudiar cuáles son los tratamientos más efectivos para aliviar los síntomas relacionados con estos desórdenes psicológicos en pacientes de diabetes.

Estudios recientes en Psicodiabetes han demostrado que tanto los medicamentos antidepresivos (ej. nortriptiyline, fluoxetine) como la Terapia Cognitivo Conductual han sido eficaces en aliviar la depresión, la ansiedad y los trastornos alimentarios en adultos con diabetes (Lustman et al., 1997; Lustman et al., 1998; Williams et al., 2004; Marcus & Wing, 1990).

La selección de tratamientos para los trastornos psicológicos en pacientes de diabetes muchas veces depende del tipo de profesional, de la salud que lo atiende, o de los síntomas principales que presenta el paciente.

Por lo general, los médicos y psiquiatras tienden a favorecer el tratamiento con antidepresivos, mientras que los consejeros, psicólogos y trabajadores sociales tienden a utilizar la consejería y la psicoterapia. De igual forma, si el paciente presenta mayormente síntomas somáticos (insomnio, nerviosismo) se tiende a favorecer el medicamento. Mientras que si los síntomas que predominan son cognitivos (autoestima baja, desesperanza, indecisión) o conductuales (aislamiento) la psicoterapia es considerada la alternativa más adecuada.

Salud física

Adicional a las anteriores consideraciones, también es necesario evaluar el estado de salud física del paciente con diabetes. Puesto que varios estudios han demostrado que algunos medicamentos antidepresivos pueden tener efectos secundarios que afectan el control glucémico. O pueden interactuar de forma negativa con otros medicamentos que el paciente pueda estar tomando para condiciones secundarias a la diabetes (ej. hipertensión). Esto hace que la psicoterapia pueda ser el tratamiento de primer orden, puesto que no es invasiva; mientras que los medicamentos sí lo son.

El manejo de los desórdenes psicológicos en los pacientes con diabetes puede ocasionar múltiples beneficios, entre ellos:

  • Alivia la expresión de síntomas de depresión y ansiedad.
  • Restablece patrones regulares de sueño y de comer.
  • Mejora el manejo de la diabetes y el funcionamiento general.
  • Disminuye la preocupación somática.
  • Alivio del dolor.
  • Mejora el funcionamiento sexual.
  • Ayuda en la adherencia al tratamiento médico y el control glucémico (Lustman & Clouse, 2004b).

Resumen y recomendaciones

Desde 1923 cuando empezó la producción comercial de la insulina y se comenzó a tratar la diabetes con la administración de insulina. Hasta hoy; la diabetes ha pasado de ser una enfermedad fatal a una de naturaleza crónica. Desde entonces, los avances en la prevención y el tratamiento para la diabetes van en aumento cada año. Reduciendo la morbilidad y mortalidad de dicha condición.

La prolongación de la vida de personas con esta enfermedad hace que se preste mayor atención no solo al ajustar el tratamiento de la diabetes al estilo de vida del paciente para mejorar su calidad de vida, sino también al impacto psicológico de la condición y a aquellas conductas que facilitan o dificultan la adherencia al tratamiento. La psicología clínica es un campo que tiene mucho que aportar a la prevención y el tratamiento de la diabetes.

Investigación psicosocial

La investigación psicosocial y conductual en la diabetes ha comenzado a recibir más atención en los últimos años. Se han realizado estudios de prevalencia de desórdenes psicológicos, de conductas y actitudes relacionadas al cumplimiento con el tratamiento, de intervenciones psicosociales para mejorar el automanejo y la calidad de vida. También se han validado instrumentos psicológicos específicos para pacientes con diabetes. Bradley (2003) realizó una compilación excelente de varios de estos instrumentos en su libro Handbook of Psychology and Diabetes. No obstante, aún el psicólogo no es considerado como parte integral del equipo de cuidado primario del paciente con diabetes en muchos programas de tratamiento e investigación en diabetes.

Es evidente que las personas con diabetes corren un riesgo mayor de sufrir de desórdenes psicológicos como la depresión, la ansiedad y los trastornos alimentarios. A su vez, estos pueden tener efectos significativos en el manejo de la diabetes y el desarrollo de complicaciones en las personas que la padecen. Esto subraya la importancia de la prevención e identificación temprana de los desórdenes psicológicos en las personas con diabetes, así como también del desarrollo de intervenciones terapéuticas para su manejo.

El cernimiento psicosocial debe de ser parte integral de la evaluación del paciente de diabetes. Así como lo es la nutrición, la educación en diabetes y la fisiología del ejercicio.

Los profesionales de salud que atienden a personas con diabetes deben de estar adiestrados en la detección de síntomas de un trastorno psicológico y en los procesos de referido a profesionales de salud mental.

Eficacia de los tratamientos

Hay tratamientos como la psicoterapia y medicamentos antidepresivos que han demostrado eficacia al tratar los desórdenes psicológicos en pacientes de diabetes. Sin embargo, el uso de los medicamentos en pacientes con diabetes debe de ser evaluado cuidadosamente; tomando en consideración los posibles efectos en el control glucémico y la interacciones con otros medicamentos que pueda estar tomando el paciente.

Se debe continuar evaluando la efectividad y viabilidad de tratamientos alternos tanto farmacológicos como psicosociales para el manejo de la depresión en pacientes de diabetes, particularmente para poblaciones étnicamente diversas.

En adición, intervenciones que incluyen a la familia deben de ser exploradas como alternativas de intervención, puesto que en muchos grupos étnicos como los latinos, la familia nuclear y extendida juegan un papel significativo en la vida diaria de las personas y, por lo tanto, en el cuidado diario de la diabetes del paciente.

La alta prevalencia de los desórdenes psicológicos como la depresión en las personas con diabetes, así como el efecto negativo de la misma en el control de la diabetes, sugieren la necesidad de que el campo de la psicología de la salud extienda su enfoque de intervención hacia uno preventivo. No solo en la investigación de factores de resiliencia, sino también en el diseño de programas de prevención de desórdenes psicológicos en la diabetes; puesto que actualmente en la literatura, no existen programas de prevención para pacientes de diabetes.

Por otro lado, existe una variedad de intervenciones psicosociales que han demostrado eficacia en mejorar la adherencia al tratamiento, el control glucémico, el funcionamiento psicosocial y la calidad de vida (Delamater et al., 2001).

Psicología clínica y de la salud

En el campo de la psicología clínica y de la salud en relación con la diabetes aún queda mucho por trabajar. Se debe de continuar investigando cuáles son las barreras para que los pacientes sigan su tratamiento y cuáles son los elementos en los programas de educación en diabetes que mejor promuevan y fortalezcan las conductas de autocuidado y por ende, el control glucémico.

Otra área importante para continuar explorando es cómo integrar las intervenciones del profesional de salud mental a las de la clínica u hospital; de forma que sean de mayor beneficio para el paciente y maximicen la efectividad de los tratamientos.

Además, cuáles son los métodos más efectivos para llevar a cabo la consultoría con los profesionales de la salud que trabajan con personas con diabetes.

Por último, en un nivel más amplio o de mayor alcance, se debe de continuar estudiando cómo ayudar a las personas a modificar las conductas que representan un riesgo para el desarrollo de la DMT2 y cómo lograr un mayor reconocimiento e integración del rol la psicología en la salud y la medicina.

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Citar:

Jiménez, M. & Dávila, M. (23 noviembre, 2022). Psicodiabetes y salud pública. Instituto Salamanca. https://instsal.me/b8syp


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